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Venezuela realizó importante aporte a investigaciones sobre calentamiento global

 Investigadoras del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología de la República Bolivariana de Venezuela, realizaron el primer estudio que certifica la emisión de oxido nitroso (N2O), un potente Gas de Efecto Invernadero (GEI) en ecosistemas no intervenidos por el hombre como la Tundra Subártica, una extensión territorial que se caracteriza por tener un subsuelo helado y carecer de vegetación arbórea (árboles naturales) que se encuentra en las regiones cercanas a los círculos polares.

Bajo la tutoría de Tibisay Pérez, jefa del Centro de Ciencias Atmosféricas y Biogequímica del referido instituto, este estudio fue liderado por la venezolana Jenie Gil, quien determinó luego de una investigación de seis años en su estancia doctoral en la Universidad del Este de Finlandia, que las emisiones del oxido nitroso proveniente de la Tundra Subártica se han incrementado, potenciando el calentamiento global.

Pérez refirió que la emisión de este gas, generado por los procesos biológicos e industriales, se ha incrementado desde 1.750 lo que se atribuye en gran medida al aumento del uso de fertilizantes a base de nitrógeno en los suelos agrícolas.

"Los ecosistemas tropicales son la fuente natural más importante de oxido nitroso, que a pesar de su baja concentración en la atmosfera tiene 300 veces mayor potencial de calentamiento global que el dióxido de carbono, principal causante del aumento de la temperatura global", indicó Peréz durante una entrevista a la Agencia Venezolana de Noticias.

El estudio realizado en la Tundra Subártica arrojó que los microorganismos de manera natural emiten oxido nitroso que al absorber el nitrato y amonio contenido en el suelo devuelven el gas a la atmósfera incrementando la temperatura global. Además encontró que la huella isotópica de nitrógeno 15 de este GEI es similar a la producida en bosques tropicales y muy diferente a la encontrada en suelos agrícolas. 

Explicó Pérez que si en el futuro la huella isotópica de este gas cambia en la atmosfera, no sólo se atribuirá a las reducciones de las emisiones de N2O proveniente de suelos agrícolas a partir de acciones de mitigación establecidas en la Convención marco de las Naciones Unidas para el cambio climático, sino también será producto de suelos en ecosistemas naturales que pueden emanar más N2O debido a las condiciones más cálidas como es el caso de la Tundra Subártica.

Los grandes volúmenes de GEI que se desprenden ahora en este tipo de ecosistemas, con una magnitud similar a la de bosques tropicales lluviosos, cuando antes no lo hacían, generaron la alarma de las investigadoras y llamó la atención de la Union Geofisica de los Estados Unidos, institución que tomó este trabajo para difundirlo en su portal web en su sección: "Investigaciones Resaltantes".

En este sentido, Pérez refirió que Venezuela como signatario de la Convención de las Naciones Unidas para el cambio climático tiene la responsabilidad de continuar generando estudios que permitan construir agriculturas más sustentables que mitiguen la emisión de GEI como el oxido nitroso y el dióxido de carbono.

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