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Venezuela envió fraternal saludo a Países Bolivarianos y de Nuestra América

 “¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia

En nombre del Gobierno y el Pueblo Venezolano el Presidente Nicolás Maduro envió un fraternal saludo a todos los Países Bolivarianos, al celebrarse el Centésimo  Nonagésimo Tercer Aniversario de la batalla de Ayacucho, la gesta militar más importante que garantizó la emancipación suramericana.

“La Batalla de Ayacucho, no solo fue un combate más, significó sin lugar a dudas la confluencia absoluta e inmarcesible de las fuerzas ideológicas y espirituales del sentimiento más puro y simple del amor y la entrega pasional que los Grandes Americanos de esta Tierra de Gracia, hemos heredado por la libertad y fraternidad de los pueblos”, reza el comunicado difundido por la Cancillería venezolana.

A continuación el texto íntegro del comunicado publicado en el portal web de la Cancillería :

El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, en nombre de su Gobierno y del Pueblo venezolano, envía un fraternal saludo para todos los Países Bolivarianos y de Nuestra América, al celebrarse el Centésimo  Nonagésimo Tercer Aniversario de la gesta militar más importante realizada por hombres y mujeres en el campo de batalla, que garantizó la emancipación suramericana.

La Batalla de Ayacucho, no solo fue un combate más, significó sin lugar a dudas la confluencia absoluta e inmarcesible de las fuerzas ideológicas y espirituales del sentimiento más puro y simple del amor y la entrega pasional que los Grandes Americanos de esta Tierra de Gracia, hemos heredado por la libertad y fraternidad de los pueblos. El General Sucre a viva voz frente a sus tropas el 9 de diciembre de 1824 expresaría:

 “¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia.

  ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del Perú!”.

La maniobra táctica desplegada por Sucre y su Estado Mayor en la Pampa de Quinua, demostró el entrenamiento y poder de fuego, que a lo largo de la Campaña del Sur, había diseñado estratégicamente Bolívar para que la condujera Sucre. El Virrey La Serna y El General Canterac, ¡Jamás! pudieron comprender la velocidad, contundencia y decisión irresoluta, cómo las divisiones patriotas del Ejército Libertador multinacional, enfrentaban a las unidades realistas. A la una de la tarde, la batalla de Ayacucho había terminado con el rotundo triunfo de los patriotas. El telón colonial había caído para siempre, escenario de uno de los momentos estelares de la humanidad.

Simón Bolívar expresaría posteriormente:

“Disposición perfecta, ejecución divina y maniobras hábiles y prontas”.

Pero la clemencia, la generosidad y la magnanimidad de este hombre van a seguir dejando testimonios que hoy parecen como únicos en los anales de la historia de la humanidad. La gallardía inmensa de Sucre fracturó el paradigma guerrero de destruir al vencido y en un gesto de hidalguía sublime, ofreció una capitulación tan generosa, que sus cláusulas parecen increíbles, no solo si se les compara con lo que había sido hasta entonces la conducta de los vencedores, sino con lo que ha sido ésta hasta nuestros días. Cuando el Virrey, La Serna, herido y apresado entregó su espada al general vencedor. Sucre la rechazó diciéndole: “Honor al vencido, Gloria al vencedor. Que continué en manos del valiente.

¡Viva Bolívar!, ¡Viva Sucre!, ¡Viva el Ejército Libertador!

¡Viva Ayacucho Inmortal!

 Caracas, 9 de diciembre de 2017

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