La seriedad visible de Pasqualina Curcio
En los predios de la Facultad de Economía de la Universidad Central de Venezuela, quienes han pasado por su cátedra coinciden en que es brillante y dedicada
Es difícil sacarle una sonrisa… ¡qué seria es!”, comentó una periodista de La Iguana.TV, luego de que Pasqualina Curcio Curcio estuviera en la sala de redacción de este medio para una entrevista. “¿Cómo será ver clases con ella?… Debe ser una profesora muy exigente”, especuló la comunicadora.
En los predios de la Facultad de Economía de la Universidad Central de Venezuela, quienes han pasado por su cátedra coinciden en que es brillante y dedicada, lo que compensa el hecho de que no sea de esos profesores que montan una stand of comedy en el aula.
“Pascualina es la mata de la prudencia y la decencia. No moja, pero empapa. Es una excelente investigadora”, resume apretadamente Juan Carlos Valdez, el moderador, junto a Tony Boza, del programa de VTV Boza con Valdez.
La seriedad que la caracteriza se convierte en una de sus mejores virtudes a la hora de combatir en el debate político y técnico. Las típicas descalificaciones no funcionan bien con ella porque inspira respeto tanto en lo profesional como en lo personal.
Cuando habla de sus padres napolitanos afloja un poco el tono adusto. Cuenta que ambos son de apellido Curcio porque este es común en la región sur de Italia. Se conocieron en Venezuela, adonde llegaron por separado. En su casa se hablaba prácticamente en un dialecto, no en el italiano que se aprende en las academias.
Resistente al adoctrinamiento
Pasqualina ha sido una estudiante aventajada desde la niñez hasta el doctorado, tal como lo demuestra su resumen curricular. Esa hoja de vida también evidencia que sus principios ideológicos de izquierda son resistentes al adoctrinamiento más corrosivo.
Es economista egresada de la Universidad Central de Venezuela, y le tocó desarrollar sus estudios de pregrado justo en el momento en que casi todos los profesores de “la Casa que vence las sombras” se estaban pasando apresuradamente al lado ideológico más tenebroso: el neoliberalismo que adquiría toda su potencia a finales de los 80 y comienzos de los 90.
Luego completó un magister en Políticas Públicas en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), la meca del fondomonetarismo más militante.
Por si fuera poco, se tituló doctora en Ciencias Políticas de la Universidad Simón Bolívar, un centro de estudios de posgrado que se convirtió (en la misma época antes referida) en otro enclave del pensamiento neoconservador, al punto de haber sido una especie de think tank local de los paquetes neoliberales de los segundos gobiernos de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera.
Fue tal su calidad académica en el campo de la politología, que llegó a desempeñar la coordinación de esos estudios de posgrado, a pesar de ser notoriamente adversa a la línea de la mayoría de los otros profesores.
Economía y salud
Pasqualina Curcio se ha convertido en una personalidad de mucha proyección mediática por sus opiniones sobre economía pura y dura. Pero uno de los temas en los que se ha especializado, y acerca de los que más conoce es el de la salud, vista desde la economía, claro. Ese interés también fortalece su currículum: cursó el programa de formación en Salud Internacional de la Organización Panamericana de la Salud y fue consultora de la misma OPS en 2003. Se desempeñó como directora ejecutiva del Instituto de Altos Estudios en Salud Pública “Dr. Arnoldo Gabaldón”. Fue viceministra de Redes de Salud Colectiva. Varios de sus trabajos publicados en revistas arbitradas se refieren al tema sanitario.
Con semejante performance, ha sido una severa crítica de la forma como han operado las empresas nacionales y transnacionales que controlan la producción e importación de medicamentos en Venezuela. Para ella no hay duda de que estas compañías violan los derechos humanos al negar acceso oportuno a las medicinas o a los insumos para fabricarlas.
“Es una agresión contra el pueblo, no contra un gobierno porque es el pueblo el que padece este tipo de agresiones. Procuran desestabilizar políticamente al gobierno, golpeando el ingreso familiar, generando desesperanza”, expresó el año pasado, durante una conferencia en Sevilla.
La mano visible
En los últimos años, Curcio se ha distinguido como una especialista en deshacer las creencias que las fuerzas de la derecha han consolidado en materia económica. El principal mito que ha atacado es el que asegura que el mercado es una mano invisible que establece los balances en la economía. En su libro La mano visible del mercado, demuestra que esa mano no está movida por fuerzas naturales o desconocidas, sino que obedece a planes diseñados al milímetro para mantener el control sobre las grandes masas y desestabilizar a los gobiernos que osen desafiar esos dictados.
Según el prologuista del libro, el insigne intelectual Luis Britto García, los datos compilados por la autora desbaratan todas las mentiras que a diario esgrime la contrarrevolución. “No ha habido caída de la producción por culpa del modelo socialista ni cierre de empresas ni falta de asignación de dólares preferenciales. Lo que ocurre es que un ejército de especuladores va destruyendo impunemente el proyecto socialista, sin necesidad de una invasión foránea”.
En La mano visible del mercado, Curcio plantea que el desabastecimiento de productos es un fenómeno programado, la inflación es inducida y el suministro de materias primas e insumos ha sido boicoteado. Para el momento de ponerlo en circulación (2016), ella calificaba la situación como de embargo comercial encubierto y de bloqueo financiero internacional.
Las reflexiones contenidas en el libro, tan serias como su autora, son de tal trascendencia que el presidente Nicolás Maduro ordenó imprimir cien mil ejemplares y distribuirlos con el CLAP. Un auténtico alimento para el debate.
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Dolarización es dependencia
Con argumentos, como suele hacerlo, sin necesidad de recurrir a ataques personales, Pasqualina Curcio ha sido una de las principales detractoras de la propuesta de dolarizar la economía, avalada por otro prominente economista: Francisco Rodríguez, asesor del candidato Henri Falcón.
“Destruir las monedas nacionales y sustituirlas por el dólar es entregar la competencia de los bancos centrales, no al gobierno de los EEUU, sino a los grandes capitales financieros. Dolarizar es perder la independencia económica, es entregar la soberanía nacional. El objetivo de las dolarizaciones es que los gobiernos se vean obligados a solicitar préstamos en el sistema financiero internacional, creando así las condiciones para un endeudamiento eterno. En pocas palabras, una eterna dependencia”, ha expresado de viva voz y por escrito.
También ha advertido que “las dolarizaciones no solo implican la desaparición de la moneda nacional, sino que forman parte de todo un paquete de medidas que compromete la independencia, el desarrollo y el sueño de la igualdad social”.
En un artículo sobre el tema, Curcio citó la frase de un banquero alemán de finales del siglo XVIII, Mayer Amschel Rothschild, cuya familia llegó a ser considerada la más rica de toda la historia humana: “Permítanme emitir y controlar el dinero de una nación y no tendré por qué preocuparme de quién emite las leyes”.