Jóvenes venezolanos configuran sociedad del futuro con tecnologías libres
En Venezuela, la Comunidad Nacional de Software Libre es una expresión de la lucha de los jóvenes de la patria. Se estima que, en el país, más de 40 mil personas, entre estudiantes, docentes, tecnólogos, desarrolladores informáticos y servidores públicos, han tenido participación significativa en los eventos itinerantes realizados, desde el año 2004, por la libertad de las tecnologías de información.
Hoy, la Comunidad Nacional de Software Libre reúne a unos 500 activistas que, en un esfuerzo colaborativo, convierten los entes del Poder Público, las universidades y los barrios en escenarios para intercambiar conocimiento, identificar talentos e impulsar la formación de proyectos locales y nacionales en tecnologías libres. Casi el 90 % de estos activistas son jóvenes menores de 35 años de edad.
Uno de esos activistas es Kenny Ossa. Es un joven de 31 años, con una expresión de entusiasmo acentuada por una melena lisa, en un tono castaño claro. Su temperamento despreocupado no retrata ni las acciones ni el pensamiento que alimentan su humanidad. Sin duda, Kenny tiene mucho que decir: es uno de los cientos de venezolanos de la generación joven que revolucionan con el alma.
A Kenny, le conocen en la Comunidad como El Mediador. Ese apodo se lo ganó desde sus 21 años, cuando le tocó asumir el rol de enlace entre la administración pública y los compañeros de la Comunidad de Software Libre, para la construcción de políticas públicas en materia de tecnologías de información.
En el año 2003, Kenny aplicó para una beca financiada entre IBM (International Business Machines) y el antiguo Ministerio de Ciencia y Tecnología. Fue seleccionado, y comenzó una formación de un año y medio. “Era como una especie de posgrado antes del pregrado, con recursos, herramientas y conocimientos tecnológicos para los nuevos tiempos. Se llamaba: Programas de Negocios en la Red, con tecnologías libres”. Una vez que culminó sus estudios, hizo unas pasantías en el Ministerio.
Para los jóvenes de la Comunidad, el conocimiento prevale por encima de los títulos. “Lo que ha permitido mantenernos en la vanguardia es que entre todos los que pertenecemos a la Comunidad estamos, constantemente, compartiendo información, e investigando. Es un proceso de formación permanente y colectivo”, señala.
Hay quienes acusan a los activistas de la Comunidad de ser gente sin estudio. Pero nada más lejos de la realidad. Los miembros de la Comunidad Nacional de Software Libre mantienen círculos de investigación y laboratorios de tecnologías libres para impulsar la construcción de un país potencia.