Hace 50 años fuerzas represivas de la derecha asesinan al rebelde trujillano Fabricio Ojeda
Hace 50 años, el 21 de junio de 1966, murió el rebelde, revolucionario y luchador por la justicia social Fabricio Ojeda, vivo ejemplo del venezolano combativo, para quien primero es la patria y la libertad.
Fue en las montañas andinas de Boconó, estado Trujillo, donde nació el 6 de febrero de 1929 este insigne venezolano, cuyos años transcurrieron entre la política, el periodismo y la lucha revolucionaria.
Ojeda es recordado por su firme lucha contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, firmeza que junto a sus ideales comunistas lo llevan a ocupar la jefatura de la Junta Patriótica (conformada por el PCV, URD y jóvenes revolucionarios de AD y Copei), movimiento que el 23 de enero de 1958 logró, junto al pueblo, derrocar la dictadura, no obstante, luego fue traicionado por el Pacto de Punto Fijo con el que se desplazó al Partido Comunista.
Desde ese entonces, el rebelde trujillano, leal ante sus ideales y al pueblo, se convierte en uno de los más duros oponentes al puntofijismo, que instauró el bipartidismo adeco-copeyano profundizando así la represión, el saqueo de las riquezas venezolanas por el capital trasnacional, la violencia del hambre y la exclusión social al pueblo.
Tanto era su fidelidad hacia la verdadera democracia y hacia la justicia social que Fabricio renuncia a su cargo como diputado al Congreso Nacional en 1962, para alistarse a la lucha armada en las montañas andinas, como comandante del Frente de Liberación Nacional, por considerar que la vía electoral, en ese momento, era una farsa.
"Venezuela, en fin, necesita un cambio profundo para que los derechos democráticos del pueblo no sean letra muerta en el texto de las leyes; para que la libertad exista y la justicia impere; para que el derecho a la educación, al trabajo, a la salud y al bienestar sean verdaderos derechos para las mayorías populares y no privilegios de escasas minorías", reclamaba Fabricio en su carta de renuncia hecha cuatro años después de los acontecimientos de 1958.
Su lucha contra el puntofijismo lo convierte en un perseguido, siendo detenido el 17 de junio de 1966, en Caracas, por el Servicio de Información de las Fuerzas Armadas (Sifa).
Es el 21 de junio de ese año cuando voceros del gobierno informan sobre su muerte, alegando un suicidio, sin embargo, familiares y compañeros de lucha insistieron en que la realidad era que Ojeda fue asesinado por las fuerzas represivas del gobierno adeco de Raúl Leoni.
El legado de este boconés se mantiene vivo entre el pueblo revolucionario y bolivariano que, con la guía del comandante Hugo Chávez, retomó y revivió el espíritu libertario encarnado en éste y otros grandes venezolanos como el Libertador Simón Bolívar.