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Este 1° de Mayo la clase trabajadora venezolana sigue cosechando reivindicaciones justas

En Venezuela el 1° de mayo se conmemoró por primera vez en el año 1936, pero no fue sino hasta 1946 cuando se decretó como día feriado y de remuneración obligatoria por parte de los patronos.

Sin embargo, a pesar de reconocerse esta fecha como asueto, históricamente en nuestro país la clase obrera fue objeto de explotación e irrespeto, aprovechando la fecha para marchar y luchar por sus justas reivindicaciones y para poner fin a la explotación.

En el año 1998 con la llegada al poder del comandante Hugo Rafael Chávez Frías, se inició una etapa de implementación de medidas a favor de la clase trabajadora, orientando las políticas encaminadas a la inclusión y a fomentar nuevos plazas de trabajo con el objetivo de brindar mejoras económicas y sociales en favor de la clase obrera.

Destaca la innovadora Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT), promulgada el 29 de abril de 2013 por el Líder de la Revolución Bolivariana, y considerada una de las más completas y avanzadas en comparación con las vigentes en cualquier otro país del mundo.

“Pudiera decir que esta Ley que hoy voy a firmar, es producto, sin duda, de ese largo proceso de luchas y de batallas, pero también de ese proceso que es necesario continuar dando de depuración interna de la Revolución Socialista, de la Revolución Bolivariana que tiene que seguir curándose, fortaleciendo su conciencia, transitando verdaderamente la construcción del Socialismo. Mucha gente lo ha dicho, pero el principio de Marx, uno de los más grandes pensadores socialistas; ‘el capitalismo termina convirtiendo al trabajador en un esclavo’. De forma tal que esta es una Ley liberadora, Ley justa, ahora vendrá la lucha para que se cumpla”, subrayó el Gigante Chávez.

La LOTTT es una referencia en la defensa de los derechos humanos en materia de protección familiar. Su articulado reza que “los procesos de trabajo se orientarán a la creación de condiciones materiales, sociales y culturales requeridas para el desarrollo integral de la familia y su comunidad”. Cuando se contempla la disminución de la jornada, la eliminación de la tercerización o el rescate de las prestaciones sociales, tal como plantea en el artículo 331 “…se protegerá la maternidad y se apoyará a los padres y las madres en el cumplimiento de criar, formar, educar y mantener, y asistir a sus hijos e hijas”. ¡Venezuela es indestructible!, afirmó el comandante Eterno.

La Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT) de Venezuela surge en un contexto bien complejo en el mundo, porque se producía en Estados Unidos (EE.UU.) y Europa (aglutinada en la Unión Europea), una crisis laboral intensa, producto del derrumbe del capitalismo.

En contraposición a ese recorte de puestos de trabajo y a esa merma de los derechos de los trabajadores en los grandes polos capitalistas; el Gobierno Bolivariano promueve, a través de la LOTTT, la construcción de un nuevo modelo basado en la igualdad, solidaridad y justicia social que beneficie al trabajador y a su familia.

Sin embargo, como era de esperarse, la nueva ley fue criticada por empresarios privados que argumentaron que no fueron consultados, y por la oposición que la tildó de “instrumento de campaña”.

Pero el texto legal fue elaborado con base a casi 20 mil propuestas recibidas por la comisión presidencial para la discusión de la Ley, siendo el 90% proveniente de las clases trabajadoras del país.

Presidente Nicolás Maduro aumenta el salario en Revolución

Vale destacar los logros que los venezolanos han percibido a lo largo de 16 años de Revolución Bolivariana, iniciados por el Líder Hugo Chávez y continuados en la gestión del presidente Nicolá Maduro Moros, en medio del acecho imperial, de los ataques de la oligarquía nacional quien en unión de la derecha han orquestado una cruenta guerra económica que ha afectado el salario de los venezolanos y ha propiciado un aumento desmedido de los productos de la cesta básica.

En ese contexto, son muchos los beneficios creados por el Jefe del Estado para proteger las familias venezolanas. Este lunes 30 de abril de 2018 como antesala al Día Internacional del Trabajador procedió a incrementar el salario mínimo y el bono de alimentación, donde el ingreso mínimo legal de los trabajadores del país, se ubicará en 2.555.500 bolívares, cifra que representa un incremento de 95%.

"Esta es la justicia social, el escudo frente a la guerra económica criminal de la oligarquía neoliberal y del Fondo Monetario Internacional", expresó Maduro, durante el cierre de Expo Venezuela Potencia, en el Poliedro de Caracas.

El salario mínimo pasó de 392.646 bolívares a un millón de bolívares, mientras que el bono de alimentación o cesta ticket socialista, se incrementó de 915.000 bolívares a 1.555.500 bolívares mensuales. El aumento se aplicará en todas las tablas salariales de la administración pública y comienza a regir desde la segunda quincena de abril.

Este es el aumento número 44 en lo que va de la Revolución Bolivariana y el número 22 decretado por el presidente Nicolás Maduro.

Vale recordar que a partir del 1 de febrero del año 2015, los trabajadores que percibían el salario mínimo mensual pasaron a cobrar 5.634,47 bolívares, tras el decreto de aumento de 15% anunciado por el presidente Nicolás Maduro durante su presentación de Memoria y Cuenta en la Asamblea Nacional.

El incremento de 15% que equivale a 734 bolívares con respecto al salario anterior (Bs. 4.889,54), fue el primero del año y es independiente al que tradicionalmente se realiza el 1 de mayo con motivo del Día del Trabajador. 

Es necesario resaltar también que el año 2018 inició con un incremento decretado el 31 de diciembre de 2017, por el presidente Maduro, que se ubicó en un 75%. El ingreso mínimo pasó de 456.507 bolívares a 797.510 a partir del 1 de enero de este año.

Se trató del aumento número 20 que decretó el Jefe de Estado venezolano durante su mandato (desde 2013) y el 42 que se ha aprobado durante la Revolución Bolivariana.

En su mensaje de fin de año, el Mandatario venezolano detalló que el aumento del salario mínimo es de 40%, pasando de 177.608 a 248.510 bolívares.

Mientras tanto, el bono de alimentación pasó de 279.000 bolívares a 549.000: en total son 797.510. Aumentó 30 unidades tributarias.

El Presidente también aumentó las pensiones, las cuales pasaron de 177.507 bolívares a 248.510. En el caso del bono de guerra económica, que también se incluye en el pago de las pensiones, también aumentó 40%, pasando de 53.252 a 99.404 bolívares, para un total de 347.914 bolívares.

Asimismo, el Mandatario realizó un balance de lo ocurrido en 2017 y recordó que fue un período de ataques, de asedio a la revolución y a los venezolanos.

Un poco de historia

El Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889 determinó fijar el Día Internacional de los Trabajadores y las trabajadoras como una jornada de lucha reivindicativa y a su vez de homenaje a los “Mártires de Chicago” ajusticiados por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas que desembocó en la huelga del 1º de mayo de 1886 en los Estados Unidos, hecho que dio origen a la celebración.

Es así que en EEUU no se conmemora el Día del Trabajador el 1° de Mayo, celebran la Fiesta de los que trabajan el primer lunes de septiembre desde 1882 a raíz de la propuesta del dirigente Peter J. Mac Guire de la Central Labor Unión, lo que ha sido apoyada e impulsada por los patrones y gobierno para desviar el sentido real del 1º de mayo.

Vale destacar que los hechos que dieron lugar a la celebración se ubican en los albores de la Revolución Industrial en EEUU a fines del siglo XIX, en Chicago, segunda ciudad de EEUU, lque recibía del oeste y del sudeste cada año a través del ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores y a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.

Jornada laboral de 8 horas como premisa fundamental

Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era hacer valer la máxima jornada de 8 horas de trabajo, 8 horas para el sueño y 8 horas para la casa. En este contexto en 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de 8 horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas, salvo caso de necesidad.

La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero tenía más preponderancia la American Federation of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), de origen anarquista. Destaca en su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, la resolución que establecía que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de 8 horas.

En el documento emanado del Congreso se establecía que de no obtener respuesta a este reclamo, se iría a una huelga, por lo que recomendaron a todas las uniones sindicales a hacer promulgar leyes con ese contenido en todas sus jurisdicciones. La resolución despertó el interés de todas las organizaciones, que veían que la jornada de ocho horas posibilitaría obtener mayor cantidad de puestos de trabajo y menos desocupación.

En 1886, el presidente de EEUU, Andrew Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias. Al poco tiempo, 19 estados sancionaron leyes que permitían trabajar jornadas máximas de 8 y 10 horas -algunas con cláusulas que permitían hacer trabajar a los obreros entre 14 y 18 horas-. Las condiciones de trabajo eran similares, y las condiciones en que se vivía seguían siendo insalubres.

la Ley Ingersoll no se cumplió y las organizaciones laborales y sindicales de EEUU se movilizaron. Los medios de comunicación calificaba los movimientos en demanda de las 8 horas de trabajo con los epítetos siguientes: “indignante e irrespetuoso”, “delirio de lunáticos poco patriotas”.

Convocatoria de huelga

La Noble Orden de los Caballeros del Trabajo -principal central de trabajadores de EEUU-remitió prohibió a las organizaciones adscritas a fin de que no participaran en la huelga convocada para ese 1° de mayo. Este comunicado fue rechazado de plano por todos los trabajadores de EEUU y Canadá, quienes repudiaron a los dirigentes de la Noble Orden calificando de traidores al movimiento obrero.

En la prensa del día anterior a la huelga, el 29 de abril de 1886, se podía leer: “Además de las ocho horas, los trabajadores van a exigir todo lo que puedan sugerir los más locos anarco-socialistas”.

El New York Times decía: “Las huelgas para obligar al cumplimiento de las ocho horas pueden hacer mucho para paralizar nuestra industria, disminuir el comercio y frenar la renaciente prosperidad de nuestra nación, pero no lograrán su objetivo”.

El Filadelfia Telegram decía: “El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate: piensa precisamente en estos momentos en iniciar una huelga por el logro del sistema de ocho horas”.

El Indianápolis Journal decía: “Los desfiles callejeros, las banderas rojas, las fogosas arengas de truhanes y demagogos que viven de los impuestos de hombres honestos pero engañados, las huelgas y amenazas de violencia, señalan la iniciación del movimiento”.

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El día 1º de Mayo: la Huelga

El 1° de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga, mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.

En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades del país las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la fábrica de maquinaria agrícola McCormick, en huelga desde el 16 de febrero.

El día 2 la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente sus puertas, cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas.

Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos

Tras un acto de masas a las 19.30 en el parque Haymarket con una concurrencia de más de 20.000 personas la policía no permitió que los obreros siguieran en ese lugar, y junto a 180 policías uniformados avanzó hacia el parque y empezó la represión.

De repente estalló entre los policías un artefacto explosivo que mató a un oficial de nombre Degan y produjo heridas en otros. La policía abrió fuego sobre la multitud, matando e hiriendo a un número desconocido de obreros. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda, y en los días siguientes se detuvo a centenares de obreros, los cuales fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía. Se realizaron cantidad de allanamientos y se fabricaron descubrimientos de arsenales de armas, municiones, escondites secretos y hasta “un molde para fabricar torpedos navales”.

El juicio

La Prensa reclamaba un juicio sumario por parte de la Corte Suprema, y responsabilizó a ocho anarquistas y a todas las figuras prominente del movimiento obrero. Se detuvo a cientos de trabajadores en calidad de sospechosos.

El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 responsables, siendo luego reducido el número a 8. El juicio fue una farsa del principio al fin, violándose todas las normas procesales de forma y de fondo, mientras la prensa la apoyaba publicando titulares sensacionales alegando que todos los acusados había que ahorcarlos.

A pesar de no haberse probado nada en su contra, los 8 de Chicago fueron declarados culpables, acusados de ser enemigos de la sociedad y el orden establecido. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.

El veredicto fue condenatorio. Spies, Parson, Fischer y  Engels recibieron condena a muerte y para Fielden, Schwab, Ling y Neeb la sentencia señaló cadena perpetua. El 11 de noviembre de 1887, en horas de la mañana, los condenados fueron asesinados en el patio de la prisión, mientras las tropas contenían a la multitud congregada en las cercanías.

Consecución de la jornada laboral de 8 horas

A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: “Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical”.

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