Erik Prince y la ultraderecha venezolana: una estafa disfrazada de cambio
"Ahora es el momento de votar con dólares”, afirmó el mercenario
En un giro oscuro de los acontecimientos, la ultraderecha venezolana ha encontrado en el mercenario estadounidense Erik Prince su nuevo rostro para una estafa que promete un “cambio en Venezuela”. En un video reciente, Prince, con una franela blanca y la bandera venezolana pintada sobre su pecho, lanza un llamativo mensaje: “¡Dona hoy!”. Pero detrás de esta fachada se esconde un discurso fascista que busca manipular a la opinión pública.
“Venezuela, votaste el 28 de julio por la libertad. Ahora es el momento de votar con dólares”, afirma Prince, invitando a los venezolanos a financiar acciones injerencistas que atentan contra las decisiones legítimas del Consejo Nacional Electoral (CNE). Bajo el lema “Ya casi Venezuela”, esta campaña despliega un relato engañoso sobre una crisis humanitaria, alimentado por la ola migratoria y sustentado por ONG financiadas por Estados Unidos y países europeos. Sin embargo, los fondos recaudados han terminado en cuentas corporativas y personales de las elites fascistas.
Hay que destacar que esta estrategia no solo busca recaudar dinero, sino también “tranquilizar las conciencias” de opositores que sienten que no han hecho lo suficiente contra el Gobierno. La solución que ofrecen es simple: “Usted paga para que otros hagan el trabajo sucio”. Una típica propuesta capitalista que ignora las verdaderas necesidades del país.
Cabe recordar que Erik Prince, fundador de Blackwater, ha estado vinculado a planes de invasión territorial en Guyana y busca financiamiento para operaciones militares contra el presidente Nicolás Maduro. Su participación en esta estafa pone de manifiesto cómo ciertos factores externos intentan interferir en la soberanía venezolana bajo la premisa engañosa de “libertad y cambio”.
Esta nueva táctica solo añade una capa más de complicidad en un conflicto ya desgastante. La lucha por la verdad y la justicia continúa. La República Bolivariana de Venezuela no permitirá que la soberanía y la autodeterminación del pueblo se convierta en mercancía.