EE.UU salió con las tablas en la cabeza en la ONU
La política humanista y de cooperación solidaria que inició el líder supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, se ha anclado y se expande en el corazón de los países en desarrollo
El embajador Jorge Valero, representante permanente venezolano ante la ONU Ginebra, ofreció detalles de cómo fue derrotada la tentativa de Estados Unidos de lograr una condena a Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos.
“El gobierno de Estados Unidos puso el pie en el acelerador en función de lograr que el Consejo de Derechos Humanos aprobara una declaración o una resolución en contra del gobierno de Nicolás Maduro Moros, pero salió con las tablas en la cabeza”, señaló el diplomático.
Agregó que el Departamento de Estado desplegó todas sus potencialidades diplomáticas tras ese objetivo, sin pensar que ese intento “se derrumbaría estrepitosamente”.
Valero ofreció de primera mano los detalles más particulares sobre las pretensiones de los Estados Unidos.
Contó Valero que cuando el Imperio lanzó la idea, utilizó a la delegación de Paraguay, que ha venido actuando como quinta-columna del gobierno norteamericano, para que distribuyera una Nota Verbal, el pasado 1 de junio, solicitando respaldo de los países que integran el Consejo de DDHH, para una “declaración conjunta” que condenara al Gobierno Bolivariano.
Tal declaración repetía las infundadas acusaciones que el Imperio y sus acólitos en la región han venido lanzando en contra de la Revolución Bolivariana, tratando de abortar el proceso democrático y humanista que se despliega en la Venezuela.
Con la mayor atención oímos sus razonados argumentos.
En su interesante descripción de los hechos nos paseó por los más variados intríngulis de lo allí ocurrido. Por eso dejamos que a viva voz nos lo narrara:
El imperio norteamericano movilizó su cuerpo diplomático tratando de acopiar respaldo para su condena a Venezuela, tanto en la OEA, como en la ONU-Ginebra. Fracasaron en el intento.
La única declaración conjunta que se leyó en Ginebra, suscrita por 57 países, fue en apoyo a Venezuela.
Por primera vez en la historia del Consejo de DDHH el gobierno estadounidense organizó un evento paralelo en la propia sede de la ONU, para atacar a un país soberano como Venezuela.
Este evento fue programado en el marco de la visita que hiciera a Ginebra la embajadora Nikki Haley, representante permanente de EEUU en la ONU Nueva York, dejando a un lado al representante permanente de EEUU en Ginebra.
Quería el gobierno de Estados Unidos hacer explícito y visible su protagonismo en su desesperado propósito de deslegitimar la democracia participativa y protagónica que hay en Venezuela.
Quería así que un vocero al más alto nivel de su gobierno (dado que la embajadora Haley asiste a las reuniones del gabinete ministerial y es una de los principales voceros de la política exterior de los Estados Unidos), dejara claro que el Imperio está dispuesto a utilizar todo su poder para atacar a Venezuela.
Durante su visita a Ginebra, Haley pronunció un discurso en el Consejo de DDHH en el que exigió que se aprobara una resolución en contra de Venezuela, y quejosamente expresó su malestar, dado que este Consejo ha aprobado 5 resoluciones en contra de Israel, la potencia ocupante de Palestina, y ninguna en contra de Venezuela.
Pidió que Venezuela fuera excluida como miembro del Consejo de DDHH, tal y como se había hecho en su oportunidad con el gobierno libio, previo a la invasión genocida a ese país árabe.
La embajadora norteamericana también dictó una conferencia en el Instituto Graduado de Ginebra, donde lanzó su artillería contra Venezuela.
Vale recordar que Paraguay fue el país que se prestó para solicitar respaldo a una declaración conjunta que fue leída en la 33° sesión del Consejo de Derechos Humanos, celebrada en septiembre del año pasado.
En esa oportunidad pocos respaldo acopió el gobierno de EEUU y, en cambio, Venezuela logró una amplia adhesión para su declaración.
Ahora, en el 35º período de sesiones del Consejo de DDHH, al no conseguir apoyo, Estados Unidos (Paraguay), para su declaración conjunta, optaron por retirar dicho proyecto, y leerla en nombre de Paraguay, es decir, se quedaron “solos, solitos”.
La Revolución Bolivariana, en cambio, contó con el apoyo solidario de países de diferentes espacios geográficos del orbe, entre ellos China y Rusia, que tienen asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, así como otras naciones de gran incidencia en la política internacional como Sudáfrica, India, Pakistán, Vietnam, etc.
Este importante grupo de naciones expresó su apoyo al Gobierno Constitucional de Venezuela en su compromiso de preservar la paz y mantener la institucionalidad democrática en el país, llamó a todos los Estados a respetar la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela, y respaldó la reiterada convocatoria que ha hecho el Presidente Nicolás Maduro Moros al diálogo político entre los diferentes sectores que hacen vida nacional.
Por su parte, el embajador-representante permanente de Nicaragua, Hernán Estrada, leyó una declaración de los Países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que actúan en el Consejo de Derechos Humanos en respaldo a Venezuela.
Esta declaración denunció que Venezuela es objeto de una campaña mediática de desprestigio, sin precedentes; condenó los “serios indicios” de un plan intervencionista en su contra, e hizo un llamado a los gobiernos y pueblos del mundo para que brinden respaldo solidario a Venezuela, a su pueblo y a su legítimo gobierno.
Y por si fuera poco, este 21 de junio, en el Consejo de Derechos Humanos ocurrió que al Imperio se le “volteó la tortilla”, ya que en vez de ser condenado el gobierno de Venezuela, como éste pretendía, la Revolución Bolivariana y su presidente Nicolás Maduro, recibieron, más bien, un multitudinario respaldo.
Se trata de una contundente victoria de la diplomacia de diálogo y de paz que adelanta nuestro gobierno, y de una derrota sin precedentes de aquellos que estimulan el golpe de Estado continuado y los factores violentos terroristas que en Venezuela han desatado su odio inclemente sobre el espíritu nacional.
De esta manera los enemigos de la Revolución se aíslan más, mientras que la Revolución Bolivariana ensancha el espacio del apoyo universal.
Se demuestra que la comunidad internacional, en su gran mayoría, respalda la democracia participativa y protagónica y está al lado del pueblo venezolano en su búsqueda de paz, de entendimiento y reconciliación entre los herederos de Simón Bolívar.
La política humanista y de cooperación solidaria que inició el líder supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, se ha anclado y se expande en el corazón de los países en desarrollo.
Durante la narrativa de los hechos Jorge Valero dio muestras de su enorme satisfacción. No es para menos; la victoria obtenida contribuye a segregar a los sectores golpistas propulsores de la violencia terrorista, mientras que la Revolución Bolivariana avanza, en un marco democrático y plenas libertades fundamentales, hacia su consolidación.