Conozca la formación y evolución de los huracanes a propósito de su temporada
Los huracanes son perturbaciones tropicales, que por lo general se forman en el Atlántico norte, específicamente entre las costas de África al sur de las islas de Cabo Verde y sur América. Este fenómeno se forma a partir de sistemas de bajas presiones.
Es importante destacar, que a los huracanes se le pueden dar distintos nombres según la zona o la región en la que se producen, para el Caribe se le denomina ciclón tropical, para el Océano Índico y el mar de Japón tifón, en Filipinas se le llama baguío y para la zona de Australia willy-willy.
Asimismo pueden recibir nombres distintos según la velocidad con la que se produce tales como: depresión tropical (cuya velocidad mínima a nivel del mar es de 42 kilómetros por hora (Km/h) y la máxima 62 (Km/h), tormenta tropical (cuyo viento a nivel del mar oscila entre los 63 y los 117 Km/h) y huracán (la velocidad media del mar puede ser de 118 Km/h o superior, dependiendo de la categoría del huracán).
Los huracanes se forman porque la temperatura del agua del mar es superior a los 28 grados, por lo que se produce una rápida evaporación y condensación en las capas superiores.
Cuando un huracán toca tierra, pierde el contacto con el agua cálida que necesita para su desarrollo y se debilita, sin embargo se puede regenerar si vuelve a salir a mar abierto.
Ante su importancia, se entrevistó al pronosticador del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMEH), Luis Izaguirre, quién indicó que los nombres de los huracanes se dan por un orden alfabético, donde al cabo de seis años se vuelve a retomar la primera lista, pero cuando un fenómeno de este tipo provoca muchas víctimas y daños se retira su nombre.
El experto agregó, que cada año la temporada de los huracanes se presenta entre los meses de junio y noviembre, poniendo a prueba a las regiones del Caribe, el Golfo de México y el Océano Atlántico.
Y aunque las previsiones nunca sobran, estos fenómenos naturales sólo dejan una estela de devastaciones a su paso y en el mejor de los casos, potentes ráfagas de viento, lluvias y marejadas ciclónicas.
“Basta con recordar algunos huracanes como Katrina, Sandy o Irma para dimensionar su poder de destrucción y aprender que nunca se está del todo preparado para una situación así”, reflexionó el pronosticador.
Finalmente enfatizó Izaguirre, que por eso a lo largo de los años el hombre ha trabajado en la investigación de estos fenómenos, buscando disminuir riesgos y pérdidas humanas que se puedan presentar.