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Con la Constituyente Venezuela se empodera hacia la emancipación definitiva

Durante el bautizo de su libro Sueños de Pueblo… Defensa de la Revolución, en el Teatro Teresa Carreño, el embajador venezolano anunció que el proceso de este domingo confirmará la voluntad de paz y soberanía de nuestro pueblo

“Gracias a Dios, nuestro pueblo es como el ojo sosegado de un ciclón con fuerza para levantar canteras subterráneas, y desatar tronadas de paz y soberanía”.  Con estas palabras vaticinó el embajador Jorge Valero el nuevo triunfo que consolidará el pueblo venezolano el próximo domingo 30 de julio, con las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente.

El representante permanente venezolano ante la ONU Ginebra compartió este miércoles en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, con numerosos amantes de la palabra y de la justicia, en el bautizo de su más reciente libro titulado Sueños de Pueblo…Defensa de la Revolución, publicado por la Imprenta Nacional-Complejo Editorial “Alfredo Maneiro”.

Estos ensayos dan cuenta de diversas batallas libradas por el Gobierno Bolivariano contra el imperialismo estadounidense, y presentan al lector un interesante compendio literario y político en homenaje a una Revolución, “hoy dirigida  con valentía y espíritu patriótico por el Presidente Nicolás Maduro Moros”, y la cual bebe en fuentes de liberación.

“Nuestra revolución espiritual, tiene resonancia mundial. Es una nueva realidad política, ética y cultural que trasciende la existencia física de nuestros líderes históricos”, señaló el conocido diplomático.

Expresando una firme confianza en la Asamblea Nacional Constituyente como mecanismo de paz y avance colectivo para nuestro país, Jorge Valero señaló que los venezolanos conformamos una Nación “soberana en movimiento perpetuo, empoderada hacia la emancipación”.

Cerrando filas por la patria

Una verdadera fiesta del verbo, la amistad y la esperanza común significó el encuentro donde también elevaron su voz en torno a estos Sueños de Pueblo y a la defensa de los valores revolucionarios, el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab; el director de la Imprenta Nacional-Complejo Editorial “Alfredo Maneiro”, Hugo Cabezas, y el presidente de la Fundación Complejo Cultural Teresa Carreño.

Tarek William Saab hizo una profunda reflexión sobre los desafíos de Venezuela y su fortaleza para superarlos, destacando que la obra de Valero es un registro de las luchas históricas del pueblo de Venezuela en la necesaria búsqueda de su autoderminación.  

Por su parte, Hugo Cabezas manifestó que Sueños de Pueblo… Defensa de la Revolución es una obra emblemática que debe ser conocida por los venezolanos, pues en ella están condesadas las claves sobre el destino de la patria de Bolívar.

Gustavo Arreaza recalcó el sentido humanista de la Revolución Bolivariana y su apuesta frontal por la cultura y sus distintas expresiones.

Cabe destacar que el moderador de la jornada fue el historiador y diplomático Nelson Pineda Prada.

El embajador Jorge Valero agradeció a los presentes en esa tarde de juglaría y compromiso revolucionario, indicando que Venezuela sigue siendo ese “maravilloso país en movimiento” al que se refería “El Chino” Víctor Valera Mora, “siempre en paz y con alegría, poniendo en alto la gloria y las enseñanzas de nuestro Libertador, Simón Bolívar, y nuestro Líder Supremo, Hugo Chávez Frías”.

A continuación el discurso íntegro del embajador Jorge Valero:

Me iluminan los sueños…

Hoy, cuando la espada de la infamia amenaza la Patria de Bolívar con su cola de penumbra.

Hoy invoco el Canto Guerrero de los Timoto-Cuicas, sembrado en los predios sagrados de mis cumbres andinas:

Madre Chía, que estás en la montaña,

Con tu pálida luz alumbra mi cabaña.

Padres Ches, que alumbras con ardor,

No alumbres el camino al invasor.

Hoy los invito a comulgar la insondable metáfora de la dignidad.

Y es que en los predios del convivium el hombre conjura pantanos sombríos.

El mandato de la justicia está preñado de tributos.

Cayo, o Tito Pretonio Árbitro, escribió, en el siglo V de nuestra era:

Verba volant, scripta mànent, que significa: las palabras vuelan, lo escrito queda.

Con la palabra se esculpen las gestas errantes del ave.

Se inclina la aurora en tiempos de linajes antiguos.

Encuentra refugio la palabra en el Lago de la Memoria y la imaginación prefigura el porvenir.

Trasuntan los misterios en el transcurrir de los tiempos; la voz del pueblo, ecos de Dios.

La sabia del común es la argamasa que hace perdurable la palabra.

Es lo que he plasmado en esta obra…SUEÑOS DE PUEBLO…DEFENSA DE LA REVOLUCIÓN: Abonar predicamentos ante los inquietos periplos de la especie.

Porque un revolucionario es el aguafiestas de la injusticia, con pericia de náufrago.

Aquel que repele al prestamista que hace malabares del sufrimiento.

Aquel que llora cuando gimen los huesos del río.

Aquel que aborrece el falsario oropel que se empluma en su vuelo de murciélago.

Aquel que pacta con Apollinaire para conspirar con todos los poetas de la tierra.

No tenemos la culpa de ser indóciles pájaros contra la opresión y la prepotencia imperial.

Pletóricas de esperanza nuestras alforjas atesoran los anhelos de la Pacha Mama.

Por eso alabamos…

Al que dona sin recibir recompensa

Al que ofrenda su purpúreo corazón

Al que invita a comer los frutos del bien

Al que conjura las sombras de la muerte

Al que alumbra con sentencias del vivir

Al que predica desde el púlpito de la sencillez

Al que sana con su verbo los estigmas del dolor

Al que divulga verdades como prodigios del cielo

Al que ofrenda buenas obras con bendito proceder

Al que escucha la palabra en la ermita del sufriente

Al que canta en comunión con la heredad desheredada

Al que siembra la esperanza en los predios del azar

Alabemos, sí…

Alabemos al palpitar inextinguible de la revolución del alma.

Tiempo el presente, cuando ocurre la rebelión de los humildes.

La imaginación revela la verdad del hombre que se convierte en sueño.

El sueño es la proximidad de una elevada victoria.

El sueño deambula por trochas de incienso, sueños florecen en esta hora equinoccial.

Ya Novalis lo había proclamado: Estamos muy cerca de despertar cuando soñamos que soñamos.

Porque venimos del amor y hacia el amor vamos. Retornamos al útero de los ideales libertarios desde eras imaginarias.

Somos un pueblo, un ideal de redención humana, un proyecto humanista, de heroica estirpe.

Nuestra revolución espiritual, tiene resonancia mundial. Es una nueva realidad política, ética y cultural que trasciende la existencia física de nuestros líderes históricos.

Conformamos una Nación soberana en movimiento perpetuo, empoderada hacia la emancipación.

Hoy tenemos una Patria cimarrona, no un sainete con atuendos democráticos, donde una élite -política y económica- controle las principales palancas del poder.

Y es que estamos consagrados a forjar  un parlamento del común.

Evoquemos al gran poeta Geofrey Chaucer, quien en la ínsula de su prodigioso verbo prefigura: “un parlamento de hombres libres- libres como pájaros-, Parlamento de Pájaros”.

Constituyente es, sí, un Parlamento de pájaros.

¿Y que anuncia con su guarura de paz  misionera? 

Con su trino de esperanza le vienen a uno ganas de volverse CHÉS y navegar por los cielos con las alas de CHÍA, acompañando el silbido del viento.

Ciro, el Grande de Sumer y Acad, creía que siendo él hombre no debía destruir a otro hombre.

Las causas innobles arruinan el predicado de la redención.

¡Hay que arrancar las máscaras de la hipocresía!

Y Esquilo decía que en las casas donde se asienta la justicia el destino pare siempre bellos hijos.

Boecio, con su profético canto, pareciera estampar –mil quinientos años ha-, los arquetipos de un rebelde verbo.

Pero quien tiembla o vacila, porque no está seguro,

ni es dueño de sí mismo, ha arrojado el escudo,

ha perdido su trinchera y ha atado a su cuello

una cadena que siempre arrastrará….

Gracias a Dios, nuestro pueblo es como el ojo sosegado de un ciclón con fuerza para levantar canteras subterráneas, y desatar tronadas de paz y soberanía.  

Cobijémonos con el epítome de Quevedo, quien declaró: “Sólo en la esperanza me confío”.

Nuestra Revolución Bolivariana, hoy dirigida  con valentía y espíritu patriótico por el Presidente Nicolás Maduro Moros, bebe en fuentes de liberación.

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