Venezuela responde a Guyana: discurso en la ONU es manipulación y falsedades
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Iván Gil, ha criticado contundentemente al presidente de Guyana, Irfaan Ali, por su reciente intervención en la Asamblea General de la ONU, donde utilizó un discurso cargado de falsedades y manipulaciones. En sus declaraciones, el canciller venezolano acusó a Ali de actuar como un administrador de ExxonMobil y de ignorar el derecho internacional al insistir en violar el Acuerdo de Ginebra.
Gil expresó su descontento en redes sociales, afirmando que el presidente de Guyana se presenta ante la comunidad internacional con un libreto de siempre, donde intenta mostrarse como víctima de ataques venezolanos, cuando en realidad está sometido a los intereses de las transnacionales y del imperio. «El presidente de Guyana vuelve a presentarse en la ONU con el mismo libreto de siempre: un discurso plagado de falsedades», aseveró el canciller.
En su intervención, Ali declaró que deposita su «plena confianza en la ley internacional» y subrayó la importancia de los principios de soberanía e integridad territorial, rechazando cualquier forma de coerción o acción unilateral. Sin embargo, Gil salió al paso de estas afirmaciones, recordando que Ali ignora el Acuerdo de Ginebra de 1966, entrega unilateralmente recursos en un territorio en disputa y, por ende, pisotea la soberanía que dice defender. «Eso sí constituye una violación de la Carta de Naciones Unidas», sentenció.
El canciller venezolano reafirmó la postura de su país sobre el Esequibo, señalando que «el pueblo de Venezuela tiene claro que el Esequibo es nuestro por historia y por derecho». Gil concluyó su mensaje enfatizando que «no será la mentira ni la corrupción de quienes venden su patria lo que cambie esa verdad».
Con este intercambio de declaraciones, la tensión entre ambos países se intensifica, mientras continúan las disputas en torno a la soberanía del Esequibo, un territorio rico en recursos naturales que ha sido objeto de controversia durante décadas. La comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollan estos acontecimientos, que podrían tener repercusiones significativas en la región.
