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«Yo sí puedo» la consigna con la que Misión Robinson lleva 14 años educando al pueblo

La República Bolivariana de Venezuela ha desarrollado a lo largo de los años programas sociales que buscan mejorar la calidad de vida de la población. Educación, salud, vivienda y alimentos son algunos de los cimientos sobre los que se asientan estas acciones, de los que forman parte las Misiones Bolivarianas, y cuya finalidad generar garantías de bienestar al pueblo, paliar situaciones de extrema pobreza y el analfabetismo, entre otros fines. 

De este conjunto de acciones nació la Misión Robinson, el pasado 1 de julio de 2003. 

Catorce años después, se ha podido evidenciar que ha sido mucho más que un plan educativo alcanzando formar a más de 2 millones 600 mil ciudadanos.

Con un método de 65 lecciones la Misión Robinson ha enseñado a leer y a escribir a millones de personas de sectores históricamente excluidos.

Histórico reconocimiento

La misma fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), tras lograr ubicar a Venezuela como un territorio libre de analfabetismo.

De acuerdo con esta institución internacional, para que un país o territorio sea calificado dentro de esta categoría es necesario que más del 96% de la población mayor de 15 años de edad sepa leer y escribir.

  

La misión le debe su nombre a uno de los intelectuales americanos más importantes de todos los tiempos, Simón Rodríguez, quien decidió usar el seudónimo de Samuel Robinson durante un periodo.

Tres niveles 

 “Yo sí puedo”. Es la primera fase de la misión, en ella se aportan conocimientos. 

Durante esta instrucción inicial se enseña a asociar letras y números partiendo de la base que en el caso de los adultos éstos conocen los números de una manera intuitiva. Esto se hace en una cartilla con las respectivas asociaciones y se usa, también, medios tecnológicos como televisión o clases impartidas con vídeos.

“Batalla por el sexto grado”. Este nivel nació en el año 2003 con el objetivo de que aquellos venezolanos que abandonaron sus estudios en algún momento puedan llegar o continuar al sexto grado. 

Pueden acceder personas que superaron la Misión Robinson 1 como quienes por diferentes motivos dejaron su formación. También se emplean medios audiovisuales en este nivel.

“Círculos lectura”. En esta tercera fase se busca crear, reforzar y potenciar los hábitos de lectura entre la población venezolana.

Proyección productiva e internacional 

Por otro lado, esta misión también cuenta con un componente denominado Robinson Productivo, que consiste en ampliar el conocimiento y las oportunidades de aquellas personas que han decidido formar parte de este programa y que supone introducir un elemento más práctico en la parte académica para que el colectivo beneficiario pueda tener herramientas para mejorar su bienestar económico y social.

Otro componente con el que cuenta esta misión es el Fondo de Apoyo Solidario (FAS). Su finalidad es apoyar a coordinadores, patriotas, supervisores… en las áreas de asistencia social y salud para fomentar, de esta forma, la colaboración y solidaridad entre los integrantes de la misión. 

Finalmente, se encuentra Robinson Internacional que nació con el propósito de intercambiar experiencias y conocimiento en materia educativa entre otros países que precisaran integrar en su población, al igual que ocurre en Venezuela, programas de alfabetización.

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