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Paúl Sarabia, otra víctima de la MUD

Luego del ataque, Sarabia decidió resguardarse en una de las estaciones y reportar lo sucedido. El autobús fue incendiado

Aunque siempre ha sido una persona tranquila y trabajadora, Paúl Sarabia vio interrumpida su paz espiritual debido al atentado que sufrió en su lugar de trabajo. El hombre de 37 años, quien labora como operador de transporte de Metrobús, fue atacado por guarimberos en la Av. Francisco de Miranda, sector Los Dos Caminos.

Indicó que el pasado 5 de junio, aproximadamente a las 7:15 de la noche, se encontraba cubriendo la ruta Sebucán-Los Dos Caminos, cuando fue interceptado por un grupo de guarimberos.

“Eran cuatro motorizados, armados con objetos contundentes, quienes comenzaron a agredirme, y también a los pasajeros. En ese momento, decidí abrir las puertas del autobús para que los usuarios salieran”, comentó.

Contó que como vio amenazada su vida, decidió salir de la unidad y correr hasta un lugar seguro.
“Salí de allí, pero me persiguieron con la excusa de que yo estaba grabando, lo cual era falso. Entonces decidieron arrollarme con una de las motos”, destacó.

Luego del ataque, Sarabia decidió resguardarse en una de las estaciones y reportar lo sucedido. El autobús fue incendiado.

Tras el siniestro, que le ocasionó traumatismos leves en el cuerpo, fue remitido a un centro de salud cercano para su chequeo.

UN HOMBRE DE BIEN

Aunque afortunadamente vivió para contarlo, Sarabia relató que la experiencia negativa, lo hizo reflexionar sobre el valor de la vida.

“Temía por mi integridad, solo pensaba en mi esposa y mis hijos. Lo primero que hice fue llamarlos para decirles que no me había pasado nada”, dijo.

Sarabia, quien tiene cinco años trabajando en la compañía estatal, manifestó nunca haber atravesado una situación similar.

“A mí no me gusta inmiscuirme en concentraciones, ni actividades de este tipo, pues se siente un ambiente tenso; en mi caso, solo soy una persona tranquila que desea trabajar”, afirmó.

Refirió que estas acciones, promovidas por la derecha, solo buscan amedrentar a la población trabajadora para desestabilizar al país, sin tomar en cuenta sus derechos humanos.

“Solo somos trabajadores, no queremos hacerle daño a nadie, pues nuestra misión es prestar un servicio a la comunidad”, expresó.

Indicó que estas conductas deben ser rechazadas por la colectividad, pues no son una manera para resolver los problemas del país.

DERECHA PROMUEVE VIOLENCIA

El vehículo del Metrobús, quemado en Los Dos Caminos, constituye una más de las unidades destruidas por grupos terroristas de la derecha, que buscan atentar contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Ese mismo día, un grupo de 70 motorizados secuestró en el Parque Miranda tres autobuses del Sistema Integrado de Transporte Terrestre (Sitssa), y los condujeron hasta la plaza Francia de Altamira, donde los incendiaron.

Dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática han alentado a sus seguidores a realizar este tipo de acciones. Recientemente, la periodista prófuga residenciada en Miami, Patricia Poleo, instó a realizar una persecución contra funcionarios públicos venezolanos.

“Todo funcionario público, así sea una secretaria de un ministerio, ha sido cómplice de lo que está pasando; por eso yo soy muy radical y muy controversial en ese sentido, y yo digo que no hay que perdonar a ninguno”, afirmó.

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Consecuencias psicológicas de la violencia

Para Isaliv Matheus, miembro del Colectivo Psicólogos por el Socialismo, las acciones terroristas de grupos de la derecha contra trabajadores públicos pueden generar secuelas psíquicas en quienes padecen este tipo de ataques.
Cabe resaltar que en los últimos días han sido interceptados autobuses del Metrobús y del Sitssa en distintos sectores del país por grupos armados, quienes han agredido a los conductores y quemado las unidades.
“Este tipo de acciones crea una tensión muy grande, así como sentimientos de angustia, miedo y frustración, motivados por la pérdida de estatus, seguridad y tranquilidad”, apuntó.
Asimismo, destacó que en ese sentido, quienes son víctimas de la violencia podrían sufrir de estrés postraumático, caracterizado por pérdida de la concentración, miedo, dificultad para conciliar el sueño y pesadillas reiterativas del hecho.
Por otro lado, destacó que también se da el caso de aquellos trabajadores que son atacados por la acción de barricadas. “Esto genera rabia e incertidumbre, porque su condición laboral se ve afectada”, apuntó.

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