A 24 años de la rebelión del pueblo contra el paquete neoliberal
La historia contemporánea venezolana ubica los antecedentes del 4-F en el 23 de enero de 1958, ya que el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez abrió la puerta a la traición de los ideales libertarios del pueblo
A 24 años de la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, que se alzó en franca protesta contra el paquete neoliberal aplicado por el entonces mandatario adeco Carlos Andrés Pérez, a instancias del Fondo Monetario Internacional (FMI), el pueblo reivindica el momento histórico, ya que desde entonces se visibilizó el anhelo de libertades plenas y soberanas que permanecía adormecido.
La historia contemporánea venezolana ubica los antecedentes del 4-F en el 23 de enero de 1958, ya que el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez abrió la puerta a la traición de los ideales libertarios del pueblo, porque con la firma del Pacto de Punto Fijo se adjudicaron el país, al estilo de un botín, los partidos políticos URD, AD y Copei, con anuencia de la iglesia Católica, el empresariado y las Fuerzas Armadas Nacionales. El pueblo había sido relegado.
Eso aceleró la receta entreguista de los gobiernos sucesivos cuartorrepublicanos a favor de intereses foráneos, hasta que en el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez el pueblo dijo basta, a través del Caracazo de 1989; no obstante, continuó la corrupción haciendo mella en el estómago y en los más sensibles intereses nacionales.
Esos elementos sacaron a escena al teniente coronel Hugo Chávez, quien con apenas 38 años de edad pasó a la historia con su “por ahora” que se volvió un para siempre, porque marcó el camino que lo llevó el 6 de diciembre, seis años después, con aplastante apoyo popular, hasta Miraflores.
Desde esos días comenzó a labrarse un nuevo destino rumbo a la nueva independencia, bajo la premisa de que como todo proceso debe marcharse por etapas, que que nacieron ese día, el Día de la Dignidad de la Patria.
La acción liberadora de aquella madrugada se conoció como la Operación Ezequiel Zamora y quedó como un hito que trató de ser minimizado cuando lo tildaron del golpe de Estado, pero su carácter cívico-militar la estampó en la historia porque el pueblo junto a 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados alistados, tomaron parte en el movimiento militar.
Comandados por Hugo Chávez, también tuvieron voz de mando, el teniente coronel Francisco Arias Cárdenas en Zulia; el teniente coronel Yoel Acosta Chirinos; encargado de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota; Jesús Ortiz Contreras al frente del Batallón de Cazadores Genaro Vásquez, y el teniente coronel Jesús Urdaneta Hernández; oficiales de la promoción Simón Bolívar (1975), quienes se venían organizando, desde que fundaron el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR 200) el 24 de julio, nueve años atrás.
El Museo Histórico Militar en Caracas fue el centro estratégico de las operaciones, las cuales tuvieron como objetivo la toma del Palacio de Miraflores.
En Valencia, Maracaibo y Maracay se dieron significativos logros, y el Batallón de Paracaidistas José Leonardo Chirino, en Aragua estuvo a la espera de órdenes para nuevas acciones.
Se perseguía la instauración de de una Asamblea General Constituyente que le diera legitimidad al Poder Popular para la autoconducción de su destino político, con un líder que gobernara obedeciendo las demandas de ese pueblo.
Fue la voz y el ímpetu de esa juventud militar patriótica que estuvo integrada por comandantes, mayores, capitanes y tenientes, y que basados en la filosofía guerrera y de liberación de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, dieron forma a la rebelión cuya bandera enalteció los conceptos de soberanía, pedagogía liberadora y defensa del pueblo. Allí estuvo la base de aquel torbellino libertario.
Como su líder lo advirtió, en aquella oportunidad los objetivos no fueron alcanzados, pero se despertó el fervor popular transformado en millones, que venían sufriendo los desmanes de las políticas neoliberales y empobrecedoras de todos esos gobiernos cuartorrepublicanos.
Había una gran desmoralización en el seno de la Fuerza Armada Nacional con sentido nacionalista y patriótico, porque se pretendía entregar las riquezas a naciones potencias; y a ello se unió la corrupción política y la inmoralidad de oficiales superiores, lo que trajo consigo el aumento desmedido de la situación de pobreza.
Por eso, el 4 de Febrero representa un antes y un después, un renacer de la visibilización del espíritu libertario y el rescate de las reservas morales y de la conciencia que los gobiernos adecos y copeyanos habían extinguido en el pueblo.
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La historia de Venezuela se partió en dos
En diversas alocuciones referidas a la fecha histórica, el presidente Hugo Chávez aseguró que : “El 4 de febrero partió en dos la historia venezolana. Todo lo que ha venido ocurriendo de allá para acá –y yo tengo la certeza de que todo lo que va a seguir ocurriendo este siglo en Venezuela, todo el siglo XXI– llevará el sello de nacimiento de la Revolución del 4 de febrero de 1992, que sacudió la historia venezolana y logró darle direccionamiento, proyecto, cuerpo, a la esperanza de un pueblo que parecía no tener salida (…) A nosotros nos tocó, (…) la misión de ser relámpago anunciando en el medio de la oscuridad, el nacimiento de una nueva era para los pueblos de América y del mundo. El padre del 4 de febrero se llama Simón Bolívar, ese es nuestro padre.
El 4 de febrero Venezuela resucitó y Venezuela nació de nuevo entre soldados”, y agregó que “la consigna fundamental del 4 de febrero era Asamblea Constituyente Bolivariana y Revolucionaria, plenipotenciaria y soberana ”.
