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¿Cómo reconocer la diferencia entre un lunar y un meloma?

En las últimas décadas, la incidencia de los melanomas ha aumentado considerablemente en el mundo hasta convertirse en un problema de salud pública. Ha llegado a representar un 2,5% de todos los cánceres y es responsable de 1-2% de las muertes por cáncer.

En las últimas décadas, la incidencia de los melanomas ha aumentado considerablemente en el mundo hasta convertirse en un problema de salud pública. Ha llegado a representar un 2,5% de todos los cánceres y es responsable de 1-2% de las muertes por cáncer.

El melanoma es un tumor maligno originado en los melanociticos y es la causa más frecuente de muerte entre las enfermedades cutáneas. El 41% de los melanomas se diagnostican antes de los 55 años, siendo este un cáncer muy importante en relación a la reducción de esperanza de vida de los pacientes.

Se ven más afectadas aquellas personas de piel clara, rubios o pelirrojos; a diferencia de las personas morenas que tienen una incidencia 10 veces menor. En la actualidad, un 50% de los casos de melanomas se observan en personas menores de 50 años y el 35% de ellos en menores de 35 años. Otro dato interesante es que el 95% de los melanomas se desarrolla en la piel, pero también pueden desarrollarse en otras locaciones como el ojo y mucosa oral o genital; y un 3% de pacientes desarrollan melanomas ocultos (enfermedad metastásica sin evidencia de tumor primario).

“Por estas razones, es fundamental la identificación de factores de riesgo para el desarrollo de melanomas, puesto que permite optimizar la prevención primaria y el reconocimiento precoz”, asegura la Dra. Carmen Goudet, dermatólogo del Centro Láser de Estética Integral (CLEI). Estos se pueden dividir en factores del individuo, factores genéticos y factores ambientales.

Los factores del individuo y los genéticos incluyen el fototipo (color) de piel, el número de nevus melanociticos, la presencia de nevus congénitos y nevus atípicos. Además de la historia personal o familiar de cáncer cutáneo. En cambio, entre los factores ambientales están la exposición a la radiación ultravioleta, la disminución de la capa de ozono, enfermedades o medicaciones que asocien inmunosupresión.

Los estudios epidemiológicos sugieren que la exposición a la radiación proveniente de la luz ultravioleta (UVA y UVB) es una de las causas principales en la aparición del melanoma, por lo tanto tiene mayor prevalencia en aquellas personas que tienen exposiciones solares intermitentes e intensas. A su vez, el uso de camas de bronceado con rayos ultravioletas penetrantes se ha asociado con la aparición de cáncer de piel, incluyendo el melanoma.

Estas radiaciones causan daños al ADN de las células y cuando la célula se divide, estas mutaciones se propagan a nuevas generaciones de células. Si la mutación ocurre justo sobre genes supresores tumorales, la velocidad de la mitosis o división celular se vuelve descontrolada, conllevando a la formación de un tumor.

Para el diagnóstico clínico, se ha implementado el sistema ABCDE del melanoma. Así, cuando un nevus es Asimétrico, tiene unos Bordes irregulares, toma una Coloración muy oscura o irregular, su Diámetro aumenta y se Eleva con una Evolución rápida son indicios de melanoma, por lo que debe acudirse al médico.

Los cambios más sugestivos de una lesión sospechosa de melanoma son el aumento en el tamaño de la lesión y los cambios de color. La elevación, el prurito y la presencia de ulceración o sangrado, se presentan en lesiones avanzadas. También se puede presentar una decoloración alrededor de las lesiones, a lo cual se le llama halo de regresión, y debe tenerse en cuenta a la hora de evaluar un paciente. Aproximadamente del 2% al 8% de los melanomas no son pigmentados.

Para tratar con éxito un melanoma, lo más importante es su diagnóstico temprano. La mayoría de ellos pueden detectarse clínicamente con un examen cuidadoso y detallado que debe ser realizado por un dermatólogo. Además del examen clínico, se recomienda la realización de una dermatoscopia, que puede ser mediante dispositivos de aumento o mediante el análisis digital computarizado de las lesiones pigmentadas. Cuando se sospecha de una lesión cutánea como los melanomas, se sugiere la realización de un estudio histológico mediante la práctica de una extirpación-biopsia incluyendo toda la lesión, con un estrecho margen de piel sana.

Una detección precoz permite la extirpación quirúrgica de los melanomas. Además si en un período de 3 a 5 años no se ha reproducido el melanoma, las posibilidades de recaída son mínimas. La prevención debe incluir medidas de educación publica sobre protección solar y uso de filtros solares, especialmente en niños y adolescentes, tales como la utilización de gorras o sombreros, de cremas de alta protección, así como tomar el sol de una forma gradual y evitarlo en las horas de irradiación más intensa.

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