Más vale prevenir que lamentar en las fiestas decembrinas
Los pirotécnicos liberan toxinas que afectan el suelo, el aire y el agua, además del humo y la basura que dispersan. Así, aunque para algunos parezcan tan inofensivos que incluso dejan que sean manipulados por niños, vale acotar que para la elaboración de los fuegos artificiales se emplean sustancias que elevan en el ambiente los niveles de sustancias como el óxido nítrico y dióxido de azufre, con alto potencial cancerígeno
Diciembre es tiempo de reflexión y celebración, pero también es época de altos índices de accidentes que se producen a causa de los fuegos artificiales e imprudencia al conducir, elementos a los que se suma el impacto ambiental de algunas prácticas contaminantes.
Los fuegos artificiales son una tradición originaria de la antigua China que, aunque se ha convertido en una costumbre y símbolo de celebración en el mundo, representa una serie de riesgos para las personas, los animales y el medio ambiente. Su uso cada año enluta hogares o deja a personas mutiladas, especialmente a los niños.
De acuerdo con Ariana García, médico pediatra y otorrinolaringóloga, “en esta época siempre se ven lesiones por el uso de fuegos artificiales, desde quemaduras hasta la pérdida de dedos o una mano. Ningún fuego artificial es totalmente inofensivo. Incluso las estrellas de bengala, por ejemplo, deben ser usadas bajo estricta supervisión, pueden causar quemaduras y sus chispas pueden caer en los ojos y lesionarlos”.
Por ello, en muchos países, como EEUU y Canadá, se establecen normas rigurosas para su comercialización e incluso ha sido restringida su venta solo para actos públicos con la exclusiva manipulación por expertos.
En lo que corresponde al medio ambiente, los pirotécnicos liberan toxinas que afectan el suelo, el aire y el agua, además del humo y la basura que dispersan. Así, aunque para algunos parezcan tan inofensivos que incluso dejan que sean manipulados por niños, vale acotar que para la elaboración de los fuegos artificiales se emplean sustancias que elevan en el ambiente los niveles de sustancias como el óxido nítrico y dióxido de azufre, con alto potencial cancerígeno.
En el caso de las mascotas y los animales silvestres, además de los referidos efectos tóxicos, el ruido de elevados decibeles les produce gran estrés, dado que algunas de estas especies tienen el oído más desarrollado que los humanos; aunque también -precisa Ariana García- “nuestra audición puede sufrir y podemos hasta perder parte de ella”.
Riesgo para los niños. Los fuegos artificiales constituyen una amenaza especialmente para los niños. Por ello, la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna), en su artículo 262, establece prisión de seis meses a dos años a quien venda, suministre o entregue artificios pirotécnicos a niños, niñas o adolescentes”. Cabe destacar que la pena o sanción no es exclusiva para los comerciantes, sino también para los padres, representantes o responsables de crianza de los menores.
En los últimos años, organismos gubernamentales como el Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes han adelantado campañas como “Tus manitos sin pólvora”, orientadas a concientizar a la población de los riesgos que implican los pirotécnicos.
Así, para evitar los daños como pérdida de extremidades, quemaduras o pérdida de vidas, se debe asumir una actitud responsable y atender las campañas desarrolladas por el Estado.
En la vía. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, en 2014 hubo un descenso de 26% tanto por accidentes de tránsito como en el número de lesionados por la manipulación de juegos pirotécnicos. En 2013 los lesionados por esta causa disminuyeron 74% en comparación con 2012. Los accidentes de tránsito siguieron la misma tendencia pasando de 5.404 a 3.983, sin dejar de ser un número importante.
Entre las principales causas de los accidentes de tránsito figuran el exceso de velocidad, la ingesta de alcohol y la distracción del conductor por falta de sueño o la manipulación de aparatos electrónicos como por ejemplo el celular, razón por la cual las autoridades recomiendan no conducir si no se está apto.