Kilómetros de vida en el Parque Nacional Santos Luzardo (+Fotos)
El catálogo ecoturístico se hace cada vez más amplio con la gran cantidad de bellezas naturales que ofrece el país, entre ellas el Parque Nacional Santos Luzardo, el cuarto parque más grande de Venezuela, también conocido como Cinaruco- Capanaparo, en referencia a estos dos ríos de gran envergadura.
El catálogo ecoturístico se hace cada vez más amplio con la gran cantidad de bellezas naturales que ofrece el país, entre ellas el Parque Nacional Santos Luzardo, el cuarto parque más grande de Venezuela, también conocido como Cinaruco- Capanaparo, en referencia a estos dos ríos de gran envergadura.
Con una extensión de 584 mil 368 hectáreas, se ubica al sureste del estado Apure entre los municipios Pedro Camejo y Achaguas, delimitado por los ríos Cinaruco, Capanaparo y el Orinoco. El Santos Luzardo es poseedor de los paisajes más hermosos de los llanos venezolanos, con una gran diversidad de especies entre animales y plantas silvestres.
Su clima tropical y estacional, alberga las más exóticas aves del país, además de reptiles y mamíferos de gran tamaño dispuestos a compartir su habitad con la curiosidad de todo turista que busca aventura en las profundidades de la Pacha Mama.
Este parque fue declarado el 24 de febrero de 1988 debido a su incuestionable belleza natural,a la necesidad de preservación en los principales ecosistemas del país, a la protección de los animales y plantas silvestres que habitan en su área, aunados a sus paisajes únicos y excepcionales. Estas bondades abren posibilidades a la educación, la investigación científica, la recreación y el turismo.
La Macanilla, la playa de agua dulce más grande de Latinoamérica
El Santos Luzardo está delimitado por dos grandes ríos: por la parte norte, el Capanaparo, que se extiende por más de 600 km desde su nacimiento en Colombia hasta la desembocadura del Río Orinoco y, en el sur, el río Cinaruco con aproximadamente 480 km de longitud, también con desembocadura en el río antes mencionado.
En sequía, el Capanaparo, pone al descubierto grandes extensiones de arena, formando así una de las playas de agua dulce más grande de Latinoamérica: La Macanilla. A pesar de ser ésta la más conocida, los turistas también pueden disfrutar de las playas de Santa Josefina, a las que se pueden llegar por diferentes carreteras de sabanas, autorizadas por el Instituto Nacional de Parques (Inparques).
Con el intenso clima tropical que se apodera de los llanos apureños y un pueblo lleno de cultura y tradición llanera, el Campamento Turístico Churuata del Capanaparo, recibe a propios y visitantes internacionales que quieren conocer y disfrutar de las cálidas aguas de este prestigioso río.
Para esto, la posada de la familia Rivero ofrece al turista recorridos en lanchas por el río. Un desfile de fauna acuática con las hermosa Toninas, Nutrias, Caimanes, Babas y la pesca deportiva del Pavón, son solo algunas de las cosas que se pueden disfrutar durante la navegación por el Capanaparo.
También ofrecen recorridos a caballo, cabalgando por las grandes sabanas con la presencia de la fauna agraria que predomina en el lugar. Edgar Rivero, propietario del Campamento Turístico Churuata del Capanaparo, explica que “los turistas están viniendo todo el año, más que todo de la parte de Europa, de Holanda y del centro del país; a propósito, este año ha sido el que más gente ha venido a visitar la zona”.
El respeto por los nativos del lugar, con los indígenas tejiendo sus hamacas, las vacas caminando por las calles, posadas con diseños ecológicos donde predominan la churuatas y una gran playa con arena fina y limpia, que contrasta perfectamente con las cálidas aguas del Capanaparo; La Macanilla se convierte en un lugar de ensueño, el lugar perfecto para desligarse de la rutina citadina.
Médanos en pleno llano
En el camino a La Macanilla, pequeñas montañas de arena se asoman a un lado de la carretera, decorando las grandes sabanas con un tono amarillento, que invitan al viajante, a detenerse y contemplar tan singular belleza. Se trata de los Médanos La Soledad, un atractivo turístico que fusiona el desierto con la curiosa vegetación del llano; idóneo para inmortalizar con grandiosas fotografías, el paso por los llanos venezolanos.
Un dato curioso, es que en la época de invierno, cuando las altas precipitaciones hacen renacer los esteros, matorrales y las inmensas lagunas conformadas por el extenso sistema de praderas, bosques y sabanas inundables, estos médanos se convierten en una playa para los nativos y visitantes del lugar.
Recorridos en caballos por la arena, también emocionan al turista que quiere disfrutar del lugar en todo su esplendor, mientras que el sol baña con sus intensos rayos, al renaciente aventurero de los llanos apureños.
¡Allá en las Galeras del Cinaruco!
Son muchos los atractivos turísticos del Parque Nacional Santos Luzardo, pero uno se caracteriza por su peculiar presencia ante las inmensas y desiertas sabanas: las Galeras del Cinaruco; elevaciones rocosas rodeadas de pastos y bosques de galería, que atraen la atención de cientos de turistas.
Con una extensión de 95 km2 y una altura de 250 metros, en su parte más alta, permite percibir el hermoso paisaje en el que se contrastan las sabanas bajas y planas de la región. Sin embargo, es poco decir con palabras la magia que posee, al ser una del las formaciones más antiguas del planeta.
Grandes misterios y leyendas aguardan en las Galeras del Cinaruco,ubicado en la afamada Ruta de Gallegos, con la historia de nuestros ancestros plasmada aún en las rocas y el invaluable renacer del la Pacha Mama.
Los turistas tienen garantizados momentos de placer con la virgen naturaleza que aún persiste en el Parque Nacional Santos Luzardo; su cultura, su gastronomía y, sobre todo, la armonía que todo ser humano necesita para encontrarse con sus raíces y, hacer de ellas, un motivo de lucha para el resguardo y la preservación de la vida en nuestro único hogar: El Planeta Tierra.
@MinturVenezuela