Filipinas va a presidenciales con polémicos candidatos
Este 9 de mayo 56 millones de filipinos deben elegir a un nuevo jefe de Estado, a un vicepresidente y a 12 senadores, todos ellos para un mandato de seis años. También deben elegir a congresistas, gobernadores provinciales, alcaldes y gobiernos locales para un periodo de tres años. En total se elegirán unos 18 mil cargos a escala provincial y nacional.
Para llevar a cabo estas elecciones generales, la Comisión Electoral (Comelec) ha distribuido más de 95 mil 300 máquinas de recuento de votos en los 36 mil 800 colegios electorales habilitados que abrirán a las 06H00 hora local (22H00 GMT) y cerrarán a las 11H00 hora local (9H00 GMT). Comelec espera una alta participación porque en los dos últimos comicios asistió más del 75 por ciento de la población electoral.
Con respecto al cargo más alto del Ejecutivo, la Comisión Electoral resaltó que este año Filipinas rompió récord en la cifra de candidatos que se postularon para suceder a Benigno Aquino, el actual presidente electo en 2010.
"Es un símbolo o representación de una democracia vibrante, donde más gente se siente con poder para emitir su voto y para presentarse a sí mismos como candidatos", expresó el portavoz de la Comisión Electoral, James Jiménez.
Son cinco los principales candidatos para el cargo a la presidencia de Filipinas, quienes iniciaron la carrera electoral el pasado mes de febrero.
Rodrigo Duterte
De acuerdo a los últimos sondeos, este contendor se posicionó como el candidato a la presidencia de Filipinas con mayor intención de voto. La medición, publicada el pasado 24 de abril, también situó como favorito para ocupar la vicepresidencia al compañero de campaña de Duterte: Ferdinand "Bongbong" Marcos Jr., hijo del dictador Ferdinand Marcos (1965-1986).
Estas últimas mediciones fueron tomadas por la televisión ABS-CBN, un medio local, y situó al actual alcalde de Davao con un apoyo del 34 por ciento del electorado. La siguiente en intención de voto, con 12 puntos por debajo, es la senadora Grace Poe, su más férrea contrincante.
No obstante, la encuesta fue realizada entre el 12 y el 17 de abril, justo antes de que estallara la última polémica del candidato favorito. Duterte, durante un acto de campaña, bromeó sobre la violación y el asesinato de la misionera australiana Jaqueline Hamill, quien fue tomada como rehén durante una visita que hizo a la prisión cuando se desarrolló una revuelta carcelaria en 1989. El enojo de Duterte, al parecer, no se debía al crimen en sí, sino al hecho de que la mujer que mataron era hermosa: "Era tan guapa… ¡El alcalde debió haber sido el primero!", dijo en referencia a que él mismo debió ser el primero en violarla.
El comentario no solo causó la indignación de los ciudadanos en el país, sino también el rechazo internacional. Los embajadores de Estados Unidos y de Australia los criticaron duramente. Pero a esto, el candidato presidencial simplemente indicó que estaba preparado para romper las relaciones diplomáticas con esos dos países.
"Harry el Sucio" o "El Castigador", es llamado así por estar detrás de los "escuadrones de la muerte", un grupo que ha asesinado a mil supuestos criminales desde 1990.
Duterte se posiciona entre el electorado como un candidato capaz de restablecer el orden y la seguridad en el país, pero muchos temen que él convierta su cargo presidencial, electo en democracia, en una nueva dictadura. Su proyecto macro es transformar a Filipinas en un país federal para evitar los males creados por un Gobierno centralizado.
Gracia Poe
De 47 años de edad, la segunda candidata con mayor intención de voto es una senadora y participa sin partido. Abandonada por sus padres y adoptada por una actriz y política filipina, se crió en Estados Unidos. Cuenta con el apoyo de muchos hombres de negocios e intelectuales, pero es considerada como "demasiado inexperta de la política filipina". A pesar de esto, "su apellido vale por millones de sufragios", indicó la agencia EFE. Solo en el 2013, cuando entró a los comicios para conseguir un puesto en el Senado, Poe ganó con 20 millones de votos y se convirtió en la senadora más votada en la historia del país.
Sus detractores acusan a Poe de carecer de discurso y de no tener la fortaleza de carácter que se necesita para gobernar a una nación de siete mil 100 islas y 100 millones de habitantes, mucho menos en un tiempo en el que Filipinas sostiene disputas territoriales con Pekín y otros países en el mar de China Meridional.
Manuel "Mar" Roxas
De 53 años de edad, este candidato es el preferido del actual presidente y líder del Partido Liberal (LP). Es hijo de un senador y nieto del expresidente, Manuel Roxas (1946-1948). También ha sido senador, antes de ejercer el cargo de ministro de Interior en el periodo presidencial de Aquino. El candidato es apodado "Mr. Palengke, Señor Mercado”, porque es considerado como el único contendor que tiene un buen conocimiento de la economía.
Jejomar "Jojo" Binay
De 73 años, este aspirante es el actual vicepresidente y fundador del partido Alianza Nacionalista Unida (UNA). Aunque Binay se presenta como candidato del pueblo, cercano a los sectores más pobres de la población, sobre él existen fuertes sospechas de corrupción que se remontan a la época en que era alcalde de Makati. Como vicepresidente ha sido opositor a la elección de Benigno Aquino.
Miriam Santiago
De 70 años de edad, la también senadora es miembro del partido Reforma de la Gente, con el que casi gana la presidencia en 1992. Incluida en la lista de las 100 mujeres más poderosas del mundo, según una revista australiana; Santiago se presenta por tercera vez a la presidencia. Su vasta experiencia le ha acarreado buen apoyo y se le considera una candidata fiable, aunque las encuestas la colocan en la última fila.
Filipinas con expansión económica pero con retroceso social
Bajo el mandato de Benigno Aquino, desde el año 2010, Filipinas ha registrado un incremento en su Producto Interno Bruto (PIB) del 6,2 por ciento, un desarrollo que no se había registrado en el país desde los años 70. Cabe remarcar que Filipinas expande su economía en un contexto de crisis económica mundial. Por esto el país ha dejado de ser considerado “el hombre enfermo de Asia” para ser visto como uno de los “tigres” del continente.
El Banco Mundial incluso anunció que los efectos del desarrollo en el país ya empieza a llegar a los sectores más desfavorecidos y vaticina que la nación podría acabar con la pobreza intergeneracional en los próximos 70 años.
Sin embargo, las disputas suscitadas durante la campaña electoral ha generado incertidumbre en la bolsa, entre los inversores y en la divisa local, que bajó este mes de abril en un 1,6 por ciento.
La fama de eliminar la delincuencia de Duterte le precede, pero muchos temen que se convierta en dictador.
Pese al crecimiento económico, Filipinas parece haber quedado atrás en el ámbito social. Según informó la agencia EFE, los ciudadanos sufren altos índices de drogadicción, crimen y corrupción. De allí el alto posicionamiento de Duterte, quien como alcalde ha limpiado su ciudad de dichos problemas.
"Nos da igual cómo se acabe con las drogas y la corrupción. Simplemente queremos notar un cambio. Tanto crecimiento económico no nos ha servido de nada. Los trabajadores normales seguimos rodeados de drogas y de delincuencia", manifestó para agencia EFE Marnel Reyes, empleado de una gasolinera.
Con respecto al compañero de campaña de Duterte para el cargo de vicepresidente, Ferdinand "Bongbong" Marcos Jr., Renato Padilla, un taxista filipino, afirmó: "Prefiero volver a una dictadura, donde había más seguridad y las drogas no estaba presentes, que seguir como ahora". Esta postura explica la capacidad de concentración, de casi 30 mil ciudadanos, que Bongbong logró una semana antes de las elecciones.