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El infierno de Gaspar Mendoza llegará a las salas de cine nacional este 13 de marzo

La película venezolana El infierno de Gaspar Mendoza, ópera prima del joven director Julián Balán, se estrenará este viernes 13 de marzo en 40 salas de cine del país. Esta producción, creada con el apoyo de la Villa del Cine, cuenta la historia de Gaspar Mendoza, hombre adulto, campesino, atormentado por los fantasmas de las personas que asesinó durante los hechos de la Guerra Federal, conflicto bélico que enfrentó Venezuela entre los años 1859 y 1863. 

Esta obra, cuya producción se inició a finales del año 2011 y finalizó en marzo del siguiente año, es la segunda película venezolana inspirada en el género de terror, luego de que en 2013 Alejandro Hidalgo estrenara La casa del fin de los tiempos, rompiendo récord en taquilla con más de 575 mil espectadores y cuatro millones de dólares recaudados. 

"El infierno de Gaspar Mendoza da la posibilidad de hacer mucho más. El género terror puede llegar a convertirse en un género que le guste mucho al público criollo, al público que le gusta este tipo de experiencias, esas emociones fuertes", expresó el director de la obra, a pocos días de su estreno. 

Julian Balán estudió Artes en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Fue allí donde este creador, quien ya había desarrollado un sentimiento muy estrecho por el cine como espectador, aprendió técnicas sobre lenguaje cinematográfico, bases teóricas, el manejo de los tiempos y otras herramientas que motivaron en él la creación de diferentes proyectos, uno de ellos un cortometraje llamado Jhonny, en 2008, que le dio su primera oportunidad para dirigir a un grupo actoral. 

Siete años después, Balán presenta su primer largometraje, un proyecto ambicioso al que reconoce como "todo un reto". "Hay muchos nervios. Quiero que vaya mucha gente a disfrutar esta película", contó entre risas, durante una entrevista concedida este miércoles a la Agencia Venezolana de Noticias. 

La historia transcurre en los años de 1860, en una casa donde Gaspar Mendoza, personaje interpretado por el actor Alberto Alifa, vive con su hija María Eugenia, encarnada por la joven actriz Diana Marcoccia. Allí, en medio del deprimido escenario que le sucedió a la Guerra Federal, comienzan a manifestarse una serie de eventos paranormales que son presentados a través de una serie de pesadillas y la figura de un niño que desata el misterio. 

Al respecto, Balán cuenta que la idea primaria para esta película era narrar la vida de Gaspar como un hombre solitario, aislado de la sociedad de ese entonces, sin embargo, el proyecto agradó a la Villa del Cine por tratarse de una película de género. Fue entonces cuando intervino el guionista Rafael Pinto, quien sumó nuevos personajes. 

"Al principio este proyecto era mucho más pequeño. Se trataba de un hombre que había peleado en la Guerra Federal y que vivía solo, aislado, y que de algún modo lo perturbaba el pasado. El reto era construir el miedo, y es cuando surge el niño, una de los elementos fundamentales de la historia", cuenta el director.

Este niño, caracterizado por Iván González, fue "todo un hallazgo para la película por ser un actor muy abierto, muy despierto, atento a las cosas que le indicaba", señaló el creador. 

“Yo le hacía bromas. Le decía que siendo un niño tenía mucha más experiencia que el director y él se reía”, comentó Balán durante la entrevista. 

En relación con el trabajo de otros actores, Balán destaca la participación de Alberto Alifa, a quien reconoce como el único actor que podía darle vida a Gaspar. 

"Me di cuenta de que actores de la edad de Alberto Alifa, con tanto talento, no hay muchos. Tuve la suerte de encontrarlo. Siempre —durante el rodaje de la película— estuvo muy dispuesto, presentó un casting extraordinario y no sentí dudas. El personaje era para él. Sin duda él era Gaspar, no había otro", dijo. 

El Nuevo Cine Venezolano 

En Venezuela, desde los años 1960 y hasta 1980, se generó en el cine nacional un nuevo discurso inspirado en el conflicto político y social de entonces durante la cuarta República. El resultado de esta nueva creación trajo consigo innumerables éxitos que forman parte del llamado movimiento Nuevo Cine Venezolano. 

Actualmente, surge en el país una segunda etapa de este movimiento con la presencia de nuevos creadores y el reencuentro del público venezolano con su cine. Sólo en el año 2014, cuatro millones y medio de personas acudieron a las salas del país para disfrutar de la propuesta cinematográfica criolla. 

Sobre ello, Balán reflexiona y destaca que la conexión del público venezolano con su cine es mucho más estrecha, surge de otros patrones, diferentes a los encontrados dentro del cine europeo o norteamericano, que en su mayoría es disfrutado por la presencia de un director específico, o del protagonista estrella. 

"A los venezolanos les interesa ver su cine, les interesa ir a sus salas, y no lo hacen para ver a alguien reconocido. Si la película les gusta, entonces la gente se conecta, se comenta sobre ella en las redes sociales y eso es extraordinario. El cine venezolano ha crecido mucho en profesionalismo, en calidad, en técnica, en talento", agregó el director, quien se inscribe en la nueva generación de creadores, todos muy jóvenes, que le están apostando a un cine de ideas nuevas. 

"Hay mucha gente joven haciendo cosas, hay mucho nuevo cine venezolano. Aquí tenemos la capacidad intelectual y profesional de hacer cosas de mucho nivel", sostuvo. 

El infierno de Gaspar Mendoza llegará a las salas de cine nacional con el apoyo de la Villa del Cine, institución creada por el comandante Hugo Chávez en 2006 para fortalecer la creación cinematográfica en el país. 

Una de las películas en donde será exhibida esta película es la sala del Cine Cipreses, ubicada en el centro de la ciudad capital, y recuperada por el gobierno venezolano.

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