Conferry vendió 330 boletos sólo este miércoles
En la mañana de este miércoles, en Plaza Venezuela podía verse una larga cola desde la avenida Las Acacias y la Zona Rental, en las adyacencias de Conferry, donde más de 400 personas hacían la espera necesaria para adquirir los boletos del ferry que cubre la ruta entre Puerto La Cruz y Nueva Esparta.
La mayoría de las personas llegó en horas de la madrugada a la sede de la empresa estatal de transporte marítimo ubicada en Caracas, para asegurar el pasaje que los llevará esta temporada navideña a la Isla de Margarita, uno de los principales destinos turísticos del país que anualmente recibe tres millones de turistas provenientes principalmente de Venezuela, Colombia, Brasil, Alemania y Francia.
Esta larga cola evidenció la falacia de la campaña que en medios y redes sociales habla de una precaria situación económica y poco poder adquisitivo de los venezolanos, entre quienes están los que pueden invertir entre 21 y 60 dólares (1.760 y 5.000 bolívares), de su dinero para el pago de los pasajes calculados en la tasa establecida por el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), que fluctúa entre 12 y 13 bolívares por dólar.
La empresa había establecido vender 300 boletos este miércoles, sin embargo, decidieron extender este número a 330 debido a la cantidad de personas que bordearon por más de 100 metros la torre donde se ubica Conferry.
"Yo pasaba todos los días, y hoy apenas me enteré (de la venta) me vine volando", dijo uno de los ciudadanos que desde temprano se acercó a comprar su boleto.
Eran las 10 de la mañana y ya se había superado la capacidad de cupos para comprar los pasajes marítimos. Los que no pudieron adquirir el boleto hoy, regresarán este jueves muy temprano para hacer la compra.
Por millones viajan los venezolanos en cada temporada vacacional dentro y fuera del país. Este 2015, por ejemplo, 18 de los 30 millones de los habitantes se movilizaron dentro del país durante los 10 días de Semana Santa en abril.
Ese mes, el Presidente Maduro destacó la vitalidad económica nacional, pese a la guerra contra la moneda y la baja en los precios del petróleo, lo cual responde a la inversión social y a la redistribución de la riqueza que se ha hecho palpable a través de diversos mecanismos, entre ellos el aumento anual ininterrumpido del salario mínimo desde 1999.