Argentina también tuvo voz en la cumbre de la FAO
La presidenta Argentina considera que el problema de la crisis alimentaría mundial radica en la deficiente distribución y acceso de las comunidades. Criticó la política proteccionista de los países desarrollados y el carácter oligopólico de algunos canales de distribución de alimentos.
La mandataria argentina Cristina Fernández, en su discurso expresado en la Cumbre alimentaría de la FAO, evento que tiene lugar en Roma, Italia, aseguró que la principal causa de la crisis alimentaría en el mundo se relaciona con la deficiencia en la distribución y acceso de las diferentes comunidades a los alimentos y no sólo con el problema de la producción.
Responsabilizó de esta situación a la "política proteccionista que han impulsado durante años los países centrales o desarrollados que se han apropiado de los recursos del resto de los Estados", al tiempo que consideró que no se puede culpar del problema alimentario a la aparición de grandes nuevas potencias como China e India.
Fernández admitió que si bien es cierto que todos los países del mundo están de acuerdo con la existencia de una crisis alimentaría, no concuerdan sobre "cuáles son las causas" y opinó que "habrá diferencias entre los Estados a la hora para afrontar el problema". La crisis alimentaría mundial se agrava por el "carácter oligopólico" con el que operan algunos canales de distribución, sobretodo en la concesión de patentes y en el acceso a las tecnologías.
Los países desarrollados emiten un mensaje de libre comercio y niegan el proteccionismo; sin embargo, países en vías de desarrollo como Argentina no pueden acceder fácilmente a los mercados. Manifestó la presidenta.
La propuesta de argentina para dar solución al problema, de manos de Cristina Fernández es un plan de cooperación en varios niveles, que permita a los países que aún no tienen capacidad de producir sino sólo de exportar, y con inversiones en países como el suyo, que no sólo puede producir materias primas sino también tecnología.
"Argentina produce casi 100 millones de toneladas de materia agrícola y estamos seguros de que podemos llegar a 150 toneladas, pero para esto necesitamos dar valor a nuestros productos", enfatizó, Fernández, además se necesita una urgente movilización para evitar que en el siglo XXI se repitan "escenas terribles" de ciudadanos que se agolpan y pelean por un plato de comida.
Finalmente denunció las medidas que en el campo de la economía alimentaría han tomado organismos internacionales que defienden el neoliberalismo, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) que recomendó a Haití, que llegó a convertirse en uno de los mayores productores de arroz del Caribe, que abandonara esta actividad, lo que ha generado su hundimiento y que actualmente ni siquiera puede ser considerado como un "país emergente".
Haití, el primero de los países latinoamericanos que declaró su independencia del yugo esclavista francés, es uno de los países más pobres del mundo según el Índice de Desarrollo Humano medido por Naciones Unidas. El 80 por ciento de su población vive con menos de dos dólares por día, y se ubica en el puesto 150 de 177. En cuanto a la nutrición, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), organismo que depende de la ONU, Haití es uno de los tres países del mundo con mayor deficiencia de calorías diarias por persona, unas 460 por debajo de las dos mil 100 requeridas. A comienzos de año, los haitianos salieron a las calles a protestar por el alto costo de los alimentos.
