Al menos 20% de homicidios se debe a violencia de género
Violaciones, golpes e insultos bajo múltiples caras presenta la violencia conyugal en Francia, donde cada dos días y medio muere una mujer, víctima de su pareja o ex compañero.
Según datos emitidos en 2010 por el Ministerio del Interior, esas defunciones representan el 20 por ciento de los homicidios registrados en este país.
Muchas féminas ignoran cuándo se encuentran en presencia de la violencia conyugal en sus diferentes facetas, ya sea verbal, psicológica, física, sexual o económica.
Francoise Brié, vicepresidenta de la Federación Nacional Solidarité Femmes, explicó que esos tipos de conductas vienen ligadas a las féminas a lo largo de la historia de la humanidad y tienen un costo psicológico y familiar elevado.
Son de actualidad en el mundo entero e implican a todas las categorías sociales, económicas y culturales, vivan en el campo o la ciudad, sin importar raza, religión o nivel educativo, subrayó.
El hombre violento a menudo tiene dos caras, pues mientras se presenta como alguien encantador y modelo de vida social, en el hogar envuelve en un infierno a su compañera con el maltrato y un sinnúmero de humillaciones que afectan por ende a los hijos.
De acuerdo con Solidarité Femmes, la violencia conyugal es resultado de una herencia patriarcal, caracterizada por el desequilibrio de poderes entre los sexos y se beneficia de la privacidad en el seno de la pareja, por lo cual se actúa con impunidad.
Estos comportamientos forman parte de una estrategia para controlar o imponerle al otro su voluntad.
La violencia no se expresa solamente por el ataque a la integridad física con golpizas, mutilaciones o quemaduras; también es evidente con agresiones verbales que van desde una simple escena de celos hasta los más vulgares sarcasmos, amenazas y chantajes.
Igualmente se veja de manera psicológica a través de actitudes u observaciones en forma de desprecio o humillaciones generando sentimientos de nulidad e incompetencia, o de forma económica al desposeer a la pareja de toda posibilidad de autonomía financiera. Una de las formas de violencia conyugal más divulgadas en Francia es la de tipo sexual, una conducta callada durante años por las víctimas, al considerarla un deber marital.
