Culturales

Un axioma necesario

La bandera y sentido del 1er Congreso de Periodismo Cultural fue proponer una salida a la crisis que atraviesa la prensa —desplazada por la opinión pública— a través de un periodismo crítico, promotor de culturas y creador de literaturas que “pueda hacerle justicia a las posibilidades, a los límites y al hecho cultural concreto”, según Náñez

Más que un conjunto de claves para ejercer el periodismo enfocado en la actividad cultural —que lo engloba todo—, de este 1er congreso de Periodismo Cultural se desprende lo apremiante que resulta un práctica profesional que rescate la identidad y la memoria

Este congreso partió de la interrogante sobre la existencia del periodismo cultural. No obstante, Freddy Ñáñez, presidente de Fundarte, en su discurso de apertura advirtió que la pregunta en cuestión fue creada para “provocar”, como una “forma de medir” el interés y saber “hasta dónde nosotros estamos acompañados, saber si estamos solos en esta preocupación, que es auténtica y genuina, sobre el rumbo, el estado y el destino del periodismo cultural en nuestro país”.

Esa “preocupación”, al parecer, sí existe en un gran número de periodistas en formación. La respuesta de participación al congreso fue de casi 400 asistentes —cuando, en un principio, fue pensado para 100— que, por lo visto, entendieron que si no se divulga —partiendo de la apreciación— la cultura de un pueblo, su existencia pierde valor y, por ende, la identidad de cada ser humano que lo integra, también. Y un pueblo sin identidad es un pueblo sin memoria.

La bandera y sentido del 1er Congreso de Periodismo Cultural fue proponer una salida a la crisis que atraviesa la prensa —desplazada por la opinión pública— a través de un periodismo crítico, promotor de culturas y creador de literaturas que “pueda hacerle justicia a las posibilidades, a los límites y al hecho cultural concreto”, según Náñez.

DÍA 1

No filosofemos tanto y adoptemos la metodología cronológica para no hacer de esto un enredo.

Ante todo, cumpliendo con una ley del periodismo tradicional, el membrete: El 1er Congreso de Periodismo Cultural, realizado en el Teatro Nacional durante los días 9 y 10 de julio, fue organizado por la Alcaldía de Caracas y el Gobierno de Distrito Capital. En teoría, debía empezar el jueves a las 10 am con una ponencia de Freddy Fernández, director de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), y Roberto Hernández Montoya, “presunto humorista” que todos los domingos en VTV, junto a otro Roberto, se sirve del humor negro como herramienta comunicacional. Más humor negro y menos “periodismo sabrosón”, Reinaldo González dixit. En fin, ni lo uno ni lo otro: no empezó a las 10 am y el Roberto nunca llegó. Estaba enfermo.

La siguiente ponencia, “Difundir, divulgar o popularizar: el talento nacional en televisión”, estuvo a cargo de Noel Cisneros y Gabriela Serrano, del programa musical Son de la zona, transmitido por Ávila TV, acompañados de Marialcira Matute, creadora y conductora del programa La librería mediática, transmitido por VTV.

Terminadas las ponencias, se daría inicio a los “espacios temáticos”. Nos fuimos a almorzar, nos dilatamos hasta las 2:30 pm para llegar directo a la intervención de Mercedes Chacín, directora de esta revista, pero el retraso jugó a traición y nos puso a pagar una hora de plantón (o de Platón o de pseudoplatón). A las 3:30 pm, después de algo que pareció una charla motivacional dictada por Ismael Cala, empezaron las nuevas propuestas: Armando Carías, padre de Comunicalle, periodista y director de teatro infantil, planteó algo nunca antes pensado: periodismo hecho por y para niños. Hace unos meses mi abuela Victoria tenía tres gaticos a los que bautizó Onza, Tigre y León. “¡Qué original!”, pensé. Más adelante, escuchando a Carías, me enteré de que así se llamó la primera revista de literatura y periodismo dirigida a niños, creada por Mariano Picón Salas y Rafael Rivero Oramas. El especialista en teatro infantil terminó su intervención con un títere (o ¿títera?) llamada Manuelita, personaje que sirve de instrumento para enseñar la historia de Venezuela a los infantes.

“Después de las dos intervenciones participativo-histriónicas de los dos ponentes anteriores, espero que no se duerman con la mía”, dijo Mercedes Chacín cuando llegó su turno al estrado. “Desde Épale CCS, insistimos en la crónica periodística porque es una forma de transmitir sensibilidad, sin posturas académicas trasnochadas. Es la hora de leer y divertirse, de leer y aprender, de leer y asir las complejidades de nuestra realidad e interpretarlas. Sin miedo y con audacia”. Se hizo una larga fila para la ronda de preguntas, algunas no tan preguntas sino “reflexiones”.

El cierre del primer día de simposio le correspondió a Clodovaldo Hernández, a quien las páginas 2 y 3 de esta revista le pertenecen. En su exposición, justamente, habló de cómo construir esas semblanzas y perfiles que, en sus 138 ediciones, han caracterizado a Épale CCS. Ávidos de información, algunos estudiantes de la UBV tomaron más que apuntes sobre la completa y práctica exposición de Hernández: “El perfil o la semblanza es un género que viene de la familia de la opinión”.

 

DÍA 2

El viernes la jornada empezó desde las 9 am. Las temáticas a tratar tenían que ver con cultura 2.0, revistas culturales, cultura radial y, otra vez, crónica periodística. Causalmente, las ponencias sobre la crónica generaron más intervención del público que cualesquiera otras. Esta vez fue Ángel Méndez, también redactor, a veces, de la sección Música de la revista que tiene en sus manos y profesor universitario, quien dio consejos a los presentes sobre cómo buscar y encontrar una historia. Méndez, quien ahora se dedica a escribir “crónicas salseras”, utilizó un recurso que nunca falla en la docencia: el humor.

El gran final del congreso estuvo a cargo del poeta, narrador, filosofo, historiador, ensayista —y quién sabe qué otra afición u oficio tendrá— Juan Antonio Calzadilla Arreaza, hijo del insigne Juan Calzadilla, con la clase magistral “Guerra de papeles”, trabajo que cuenta con ojo de lupa la —así llamada por Bolívar— guerra entre la Gazeta de Caracas, maquinaria propagandística en detrimento de la república, y el Correo de Orinoco, una experiencia comunicacional liderada por Bolívar. El trasfondo de esta ponencia fue resaltar el antagonismo histórico entre la política y la opinión pública, drama vigente en la actualidad comunicacional del país. Con solo escuchar algunos “sonetos políticos” en contra de Bolívar, podíamos extrapolar esa pasada realidad a la actual. Lástima que la importante, pero larga, lectura de Calzadilla era interrumpida por los cuchicheos de algunos “estudiantes universitarios” que parecían haberse quedado en el liceo.

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