Pronostican mayor número de tormentas en el Atlántico
La temporada de huracanes en el Atlántico, que va del 1 de junio al 30 de noviembre, será “casi normal”
La Agencia estadounidense oceánica y atmosférica (NOAA) indicó que hay 70% de probabilidades de que se formen 10 a 16 tormentas con nombre (son nombradas cuando superan los 60 Km/hora), de las cuales entre cuatro y ocho podrían volverse huracanes.
Entre uno y cuatro de éstos podrían potenciarse a “grandes huracanes”, es decir de categoría 3, 4 o 5 en la escala Saffir-Simpson (con vientos de 178 Km/hora o más).
“Una predicción de una temporada ‘casi normal’ sugiere que podríamos tener más huracanes de los que hemos tenido en los últimos años, que estuvieron por debajo de lo normal”, explicó Gerry Bell, meteorólogo del centro de predicción climática de la NOAA.
Una temporada “casi normal” no quiere decir que haya que bajar la guardia, coincidió la jefa de la agencia meteorológica, Kathryn Sullivan.
Esto “no significa que nos hayamos librado o que no habrá impactos vinculados a huracanes”, dijo Sullivan en conferencia de prensa. “Sólo se necesita una tormenta, en cualquier lugar, sin importar cuán intensa sea la temporada, para devastar hogares, familias y comunidades”.
¿Fin de una era?
La temporada de huracanes del año pasado no causó mayores estragos en el Atlántico, pero sí fue muy activa en el Pacífico, con ocho tormentas tropicales en el primero y 20 en el segundo.
Este año, persisten incertidumbres “respecto a si ha terminado la época de gran actividad en el Atlántico”, dijo Sullivan.
Esta época, que comenzó en 1995, se asoció a una fase cálida en el océano y a un fortalecido monzón en África occidental. “No obstante, en los últimos tres años, hemos tenido temporadas de huracanes más débiles”, añadió la administradora de la NOAA, al explicar que las condiciones que animaron una mayor actividad han cambiado.
Pero aún es pronto para determinar si la región atlántica está en un punto de inflexión hacia una etapa de baja actividad, añadió. Las épocas de alta y baja actividad suelen durar 25 a 40 años.
También los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña producen incertidumbres respecto a cómo afectarán la formación de huracanes.