Periodista comenta momentos más dramáticos de la crisis siria
"A pesar del alto el fuego, la situación en ciertas zonas sigue siendo muy peligrosa", ha expuesto el corresponsal de RT Borís Kuznetsov, quien ha pasado varias semanas en Siria y ha sido testigo de los últimos acontecimientos y avances en el conflicto en ese país, así como de la vida diaria de la población civil. En concreto, ha seguido de cerca la implementación del cese al fuego acordado a finales de febrero, así como el suministro de ayuda humanitaria y la retirada de la aviación rusa. Además, ha visitado numerosas localidades, incluida Damasco, para presenciar en primera persona cómo intentan volver a la normalidad esos lugares.
En cuanto al suministro de la ayuda humanitaria por parte de los militares rusos, Borís Kuznetsov ha subrayado que "es un proceso bastante peligroso, porque varias zonas siguen bajo el control del Frente Al Nusra y otras facciones armadas", pero que se atrevan a asistir a los sirios "ya es un gran hito".
Mutilaciones y sufrimiento, la cara negra de la guerra
El equipo de RT acudió a un hospital militar en Latakia donde, durante los numerosos combates del conflicto, los médicos han realizado más de 1.000 intervenciones quirúrgicas de gran dificultad. Muchos de los soldados del Ejército sirio que se baten contra los yihadistas han pagado un precio muy caro y han sufrido mutilaciones, amputaciones de extremidades y otras heridas graves.
El reto de los zapadores tras la devastación yihadista de Palmira
En la ciudad histórica de Palmira, que fue liberada del Estado Islámico a finales de marzo, Borís Kuznetsov investigó qué reto afrontan los especialistas en explosivos y en qué estado han dejado los radicales esa perla cultural de Siria. "Cuando entramos en la ciudad, el acceso estaba completamente minado. No nos lo esperábamos. Cavaron agujeros en el asfalto, introdujeron minas en su interior y lo cubrieron todo con cemento. Teníamos que volar todo eso", ha contado un zapador y teniente de las tropas de ingenieros sirios.
En otro reportaje, Borís Kuznetsov también conversó con los especialistas rusos que partieron el sábado pasado desde la base aérea rusa de Jmeimim hacia Palmira para desactivar minas y otros artefactos explosivos que dejaron atrás los yihadistas.
Los sirios regresan a sus hogares en ruinas y esperan volver a la normalidad
El equipo de RT visitó la población de Alfan Esh Shamali, en la provincia de Hama, que fue destrozada por los combates. Pocos edificios permanecen en pie, pero esos inmuebles destruidos por las bombas siguen siendo el hogar de muchas personas, que prefieren retomar la vida en su patria antes que buscar refugio en Europa. "Tengo 10 hijos. Destruyeron por completo mi casa. Vivo cerca de aquí. Al igual que los demás, vamos a reconstruirla y a esperar que lleguen la electricidad y el agua", contó Ammar Mustaf, un habitante del lugar.
En otro reportaje anterior, Borís Kuznetsov también conoció las casas de algunas familias de Latakia para acercarse a la realidad que de su día a día.
Por su parte, algunos habitantes de la ciudad de Al Tall relataron a RT que resulta muy difícil encontrar alimentos básicos como harina, azúcar y té, con lo cual tienen que racionar su consumo. "El azúcar está muy caro, no hay harina. Encarecen los productos básicos para preparar comida. Solo comemos pasta", ha señalado Makia Kashum.
Las aldeas sirias que tratan de sobrevivir en medio del asedio de los terroristas
Asimismo, Borís Kuznetsov viajó a diversas aldeas de la provincia de Homs, en donde sus residentes viven prácticamente rodeados por los terroristas del Frente al Nusra. "Somos gente humilde, pero vamos a seguir firmes. Todos, incluido yo, hemos aprendido a usar armas", cuenta una habitante de la localidad.
El equipo de RT queda atrapado bajo fuego en Siria
Mientras rodaban uno de los reportajes, Borís Kuznetsov y un equipo de periodistas quedaron atrapados bajo el fuego cerca de la frontera con Turquía. "Estábamos haciendo una entrevista y, de repente, todo cambió en un segundo. Posiblemente, se tratara de artillería o lanzagranadas. Todos se tiraron al suelo y, para nosotros, fue una gran sopresa", ha explicado Kuznetsov.