Olga Camacho: El vientre que dio vida al tambor coriano
![fotoleyenda_41449678331](/wp-content/uploads/2015/12/fotoleyenda_41449678331.jpg)
El son del tambor coriano tiene una huella, una esencia, un origen. No fue improvisado ni sus tonadas son huérfanas. Fue gestado, puesto a la luz, cultivado y es la herencia cultural más autóctona que se le pueda atribuir a Olga Camacho, La Camachera, como queridamente es recordada en el mundo musical.
La nativa de la ciudad de Coro, capital del estado Falcón, al occidente de Venezuela, es referencia en el país y el mundo por su dedicación a la promoción cultural a través de la práctica, ejecución y difusión del tambor.
No hay niña, adolescente u joven de Coro que al son del tambor no aspire reproducir con la misma genialidad de Olga los movimientos que le dieron identidad a este género.
Amante del canto, el baile y la dirección cultural, la también nombrada Reina del Tambor Coriano inició su carrera artística a los siete ños de edad, cuando acompañaba en sus tiempos libres entonando boleros a su padre, cantor y músico empírico popular del estado, relata Zoila Pachano, hija de la recién fallecida cultora.
Camacho, de ascendencia curazoleña, rasgos afrodescendientes y una esculpida figura, activó en el sector La Guinea de Coro, en pleno centro de la ciudad, una movida cultural que inspiró una exhibición de las raíces caribeñas al son del tambor.
En Falcón se promueven cinco tonadas de tambor: El Veleño, Adicorense, Serrano, Cumarebero y el Coriano. De este último se convierte en matrona cuando junto a su esposo, Benigno Pachano, decide popularizar el ritmo tropical a través de la conformación de la agrupación Tambor Coriano Los Pimenteros, en 1972.
El tambor coriano forma parte de la diversidad musical falconiana. Se caracteriza por la percusión del instrumento al compás de la música que lleva como guía el cuatro, tomando en cuenta la melodía y el acompañamiento de la letra musical que interpreta el solista y la armonía del coro.
Desde entonces, la coriana comenzó a desafiar la conservadora sociedad del momento, que condenaba la exhibición del canto y baile del tambor en una mujer.
En 1972, una visita a Coro de la bailarina del pueblo Yolanda Moreno reasigna una nomenclatura a la agrupación, tras conocer la virtuosidad de su voz líder y el impacto que en la comunidad La Guinea generó el movimiento protagonizado por Camacho, su esposo y sus siete hijos, además de primos, sobrinos y vecinos.
Tras esto, Moreno bautiza entonces a la agrupación como La Camachera, y con esto se instala un sello en la cultura popular musical.
Una institución musical
La agrupación Tambor Coriano La Camachera ha propiciado la formación y promoción de 12 generaciones. La actual directora del grupo, Zoila Pachano, señaló que por más de 50 años se ha incorporado centenar de músicos a través de los conversatorios, talleres y eventos que han impulsado en todo el territorio nacional.
"Estamos empeñados en dejar un legado cultural a nuestros hijos y al mundo. Así lo hizo mi mamá por muchos años, y esto no va a terminar", señaló.
La isla de Curazao y República Dominicana también han sido territorios alcanzados por esta institución musical, que hoy responde a mantener y elevar el legado de su fundadora.
Del trabajo educativo y formativo de la bailarina ha fructificado la conformación de importantes agrupaciones de tambor de la zona, como Cantar Corina, Caquetío y Allá hay Cuero.
Pachano sostuvo que planean instalar un museo familiar en honor a la cultora en la que fuera su casa de residencia, que permitirá promover la historia, vida y trabajo de La Camachera.
La también bailarina espera el apoyo gubernamental para adquirir un autobús que facilite el traslado de la agrupación a festivales, conciertos y talleres en todo el país.
Por otra parte, confían en la aprobación de un proyecto que fue entregado a la Alcaldía de Miranda y que pretende activar un paseo en la calle Colón, donde habitaba.
Actualmente, 20 músicos conforman la agrupación, en su mayoría hijos, sobrinos, nietos, bisnietos y primos de la familia Camacho.