Núcleo de Desarrollo Endógeno Maestro Pueblo crece desde lo colectivo
El Núcleo de Desarrollo Endógeno Maestro Pueblo nació en la parroquia Caricuao, UD-5, Caracas, desde hace siete años para desplazar el ocio hacia el aprendizaje y la promoción de valores para el sano esparcimiento y crecer en colectivo, y en esa línea se plantea concretar un proyecto integral para la comunidad de la mano de jóvenes de entre 15 y 25 años.
En entrevista este sábado en el programa Ocho en Punto, de Venezolana de Televisión, Eli Flores, coordinadora del núcleo, y el joven Intinaby Carlés, uno de sus integrantes, dieron testimonio de los avances de esta instancia de organización popular que ha impactado positivamente su sector con miras a elevar la conciencia en torno al trabajo comunitario y social.
Flores señaló que son referencia para la producción comunitaria en tanto que sus unidades de producción liberadora, tal y como las han denominado, abarcan un taller textil llamado Arapos Nuestros; la panadería comunitaria La Buena Nueva; un Infocentro comunal, dirigido completamente por el poder popular organizado; la chocolatera Con Cariño; el Frente Infantil Travesura, para atender a niños, niñas y adolescentes y planificar, entre otras actividades, planes vacacionales.
Asimismo, disponen de una tienda de artesanía; la Escuela de Artes y Oficios Juan Ruiz, en la que se enseña carpintería, herrería, tapicería, talabartería; un espacio para dictar talleres de pintura y tienen en proyecto construir el abasto comunitario El Taita.
Uno de los proyectos bandera del colectivo que destacó Flores es la panadería, que aproximadamente produce 3.000 panes salados diarios para expender a precios justos, además que con ayuda de 28 familias de comunidades adyacentes reparten el rubro en la zona, así como propiamente desde el establecimiento venden alrededor de 800 a 900 panes al día.
A estas tareas se han sumado cerca de 70 personas que forman parte del núcleo, de las cuales el 80% son jóvenes entre los 15 y 25 años de edad que además asisten a actividades formativas en distintas áreas con miras a asumir proyectos productivos.
Intinaby Carlés, de 17 años, llamó a las comunidades a empoderarse de este tipo de iniciativas. "Nosotros acogemos a pequeños desde que tienen seis años para incorporarlos a un proceso de formación comunitaria para aportar y sobre todo crecer en colectivo".
Apuntó que actualmente y hasta agosto, cerca de 200 jóvenes estarán recibiendo talleres culturales y de recreación para contar con las herramientas necesarias para el próximo plan vacacional.