México exige a la OEA revisar auditoría de elecciones en Bolivia
El estudio del MIT fue la base estadística de una nota de opinión publicada en el diario estadounidense The Washington Post, en la que se rechaza la auditoría de la OEA
México pedirá a la Organización de Estados Americanos (OEA) que “un tercero” compare la auditoría de ese organismo, que muestra una serie de irregularidades en las elecciones de octubre de 2019, con el informe del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que afirma que no hay “evidencia estadística” de fraude electoral en Bolivia.
“Nuestra misión ante la OEA pedirá formalmente que un tercero realice una comparación de ambos estudios y dilucide las discrepancias entre ellos”, dijo el portavoz oficial de la cancillería, Roberto Velasco.
El estudio del MIT fue la base estadística de una nota de opinión publicada en el diario estadounidense The Washington Post, en la que se rechaza la auditoría de la OEA.
“Bolivia calificó sus elecciones de octubre como fraudulentas. Nuestra investigación no encontró ninguna razón para sospechar fraude”, apunta el estudio realizado por John Curiel y Jack Williams, investigadores del Laboratorio de Ciencia y Datos Electorales del MIT.
El estudio refuta el informe de la OEA denominado “Análisis de Integridad Electoral”, en el que concluyó que hubo una “manipulación dolosa” en las elecciones de 2019.
El equipo de auditores de la OEA denunció además la alteración de actas y el redireccionamiento del flujo de los datos del proceso a dos servidores ocultos que no estaban controlados por el personal de Tribunal Supremo Electoral (TSE), lo que permitía “la manipulación de datos y la suplantación de actas”.
La OEA halló 12 irregularidades graves, hizo seis observaciones y concluyó que no es posible dar certeza de los resultados del sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP).
Sin embargo, el análisis publicado en el Washington Post afirma que la OEA “no cita ninguna investigación previa” para demostrar que hubo fraude con la paralización de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP).
Velasco dijo que esas discrepancias “ponen en entredicho el análisis de la OEA”.
En Bolivia no hubo fraude electoral: WP; Almagro deberá aclarar informe: SRE
En una columna publicada hoy en The Washington Post (WP), los académicos Jack R. Williams y John Curiel, del MIT Election Data and Science Lab, dieron a conocer sus conclusiones demoledoras sobre el informe de la OEA, pues las evidencias estadísticas –subrayaron–indican que Morales ganó “muy probablemente” las elecciones del pasado 20 de octubre, desde la primera vuelta, con una ventaja de más de 10 puntos sobre su rival, Carlos Mesa.
“Los medios reportaron ampliamente las alegaciones de fraude como un hecho, y muchos comentaristas justificaron el golpe de Estado como una respuesta a un fraude realizado por el Movimiento al Socialismo (MAS); sin embargo, como especialistas en integridad electoral, encontramos que la evidencia estadística no sostiene la afirmación de que hubo fraude en las elecciones de octubre en Bolivia”, recalcaron los expertos.
Observaron por ejemplo que, “bajo el criterio de ‘fraude’ de la OEA, sería posible definir como fraudulentas elecciones en Estados Unidos, en las que votos a favor del Partido Demócrata fueron contados en horas más tardías”, y advirtieron que “basarse en análisis no verificados como pruebas de fraude es una amenaza seria a la democracia”.
Estos resultados respaldan las declaraciones de Morales, quien aseveró que el repunte de votos la noche de las elecciones se debió al arribo de resultados de las zonas rurales e indígenas del país –su núcleo duro de votantes–, y denunció que en realidad sufrió un golpe de Estado.
Hoy, desde su cuenta de Twitter, el líder indígena manifestó que “la verdad se abre camino”, y declaró que “la OEA, Almagro y la comisión encargada de la auditoría de los resultados de las elecciones de octubre le deben muchas explicaciones al pueblo boliviano y al mundo entero”.
Desde noviembre pasado, Luis Almagro, secretario general de la OEA, jugó un papel muy activo en la renuncia de Morales y en el cambio de gobierno en Bolivia; el 12 de ese mes, por ejemplo, aseveró que el “fraude electoral” de Morales fue un “golpe de Estado”, y abundó: “Es muy triste, es el horror de los horrores; es el despropósito de los despropósitos: que se arroje el legado político del primer presidente indígena de Bolivia por la borda de un autogolpe. Duele en el alma”.
Almagro se escudó detrás del informe de la OEA publicado el 10 de noviembre –horas antes de la renuncia de Morales–, el cual estableció que, si bien el entonces presidente boliviano ganó en la primera vuelta, era muy probable que no tuvo una ventaja de 10 puntos sobre su rival, lo que obligaba a organizar una segunda vuelta. El documento también señalaba una serie de presuntas irregularidades en la jornada electoral.
La publicación de dicho informe –que Almagro promovió de manera destacada– agudizó la crisis política en Bolivia: sirvió de pretexto a la cúpula militar para pedir la renuncia de Morales, sumándose así a un golpe de Estado que se consumó con la toma de posesión del gobierno de Jeanine Áñez.
Morales renunció a la presidencia y se exilió en México; su gobierno fue desmantelado y varios cuadros del Movimiento Al Socialismo (MAS) –él incluido– fueron perseguidos por terrorismo y sedición; a la par, el gobierno de Áñez reprimió con violencia manifestaciones de apoyo a Morales, con un saldo oficial de 35 personas asesinadas.
Nuevas elecciones se llevarán a cabo el próximo 3 de mayo, pero Morales –ahora exiliado en Argentina– no podrá presentarse. Áñez, quien prometió que sólo asumiría el poder de manera interina cuando se autoproclamó presidenta, ya anunció que competirá en los comicios.
Tras la publicación de los resultados del estudio en el Washington Post, Roberto Velasco Álvarez, vocero de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), destacó que “se trata de un análisis de dos especialistas de gran prestigio y no podemos considerar que tengan un interés político”.