Macron ofrece recuperar los daños en Nueva Caledonia, luego de 11 días de violencia

El mandatario francés, Emmanuel Macron, ha enfatizado su intención de no imponer “a la fuerza” la controvertida reforma electoral en Nueva Caledonia, propuesta por su administración. Macron se comprometió a dedicar “unas semanas para permitir el apaciguamiento y la reanudación del diálogo con vistas a un acuerdo global”, en respuesta al descontento palpable entre los residentes del territorio.

Durante su visita a Nueva Caledonia, Macron insistió en la urgencia de retomar el “diálogo político” y la creación de una “misión de trabajo y mediación” para abordar las diferencias sobre el futuro del archipiélago. A pesar de la falta de consenso actual, el presidente expresó su aspiración de que los caledonios lleguen a un “acuerdo político global” mediante el voto, que influirá en el destino institucional y económico de la isla. “Mi deseo es que este acuerdo se incorpore en nuestra Constitución”, declaró, señalando que dicho acuerdo debería ser negociado y luego sometido a votación.

Además, Macron anunció que el estado de emergencia en Nueva Caledonia se levantará una vez que se despejen las autopistas, pidiendo la eliminación de las barricadas “en las próximas horas”. El presidente describió su viaje a la isla como uno realizado “con mucho respeto y humildad”, con el objetivo de restablecer “la paz, la calma y la seguridad lo antes posible”. Aunque la reforma electoral ya fue aprobada por el Parlamento francés, Macron sugirió la posibilidad de un congreso especial para enmendar la Constitución francesa, indicando su disposición a considerar un acuerdo más favorable para los locales.

Finalmente, Macron lamentó los “daños colosales” causados por los disturbios y prometió “ayuda de emergencia” para la reconstrucción, exhortando a resistir “ante la violencia que lleva ya 11 días” y a trabajar para “recuperar cada barrio paso a paso”.