Exponen imágenes de niños sufriendo en Siria para justificar intervención de EEUU
Los medios occidentales “utilizan de manera selectiva el sufrimiento humano” con el fin de cumplir con una agenda política y preparar al público estadounidense para una guerra en Siria, aseveró Finian Cunningham en su nuevo artículo para RT.
Este analista considera que “no es casualidad” que, la semana pasada,difundieran gran cantidad de imágenes de Omran Daqneesh, un niño de cinco años rescatado de unos escombros en Alepo (Siria) tras un presunto ataque aéreo de las fuerzas del Gobierno sirio o de Rusia y que, al día siguiente, Estados Unidos enviara sus aviones de combate al norte de ese país, supuestamente para mantener a raya a los bombarderos sirios cerca de las posiciones kurdas.
Cunningham relata que el analista político estadounidense Randy Martin le explicó que se trata del “preludio de una guerra total en Siria, que provocará inevitablemente una confrontación directa entre las fuerzas estadounidenses y rusas”.
Martin agregó que este “partido de la guerra” de Washington —compuesto por laboratorios de ideas, corporaciones militares, el Pentágono y la CIA, cuenta con que Hillary Clinton se convierta en presidenta de EE.UU. y desea un “enfrentamiento existencial” con Rusia.
En este sentido, este articulista lamenta que, “contra toda lógica, explotan la imagen de un niño sufriendo para obtener un resultado que implica el sufrimiento de muchos otros menores”.
En opinión de Finian Cunningham, la triste fotografía de Omran Daqneesh forma parte de unos esfuerzos para “desacreditar y demonizar al Gobierno electo de Siria y sus aliados extranjeros”, una corriente que ofrecería pretextos a las potencias occidentales para intervenir en el país árabe. Además, este analista recuerda que varios observadores de diferentes medios alternativos han puesto en duda la validez de la imagen, así como la fiabilidad de su autor.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia negó que se produjera un supuesto bombardeo de Alepo e insistió en que sus aeronaves nunca atacan objetivos situados en ciudades y zonas pobladas. De hecho, el portavoz de este organismo de Rusia, Ígor Konashénkov, lamentó que algunos medios empleen a los niños “para sus cínicos objetivos de propaganda antirrusa” y catalogó este hecho como “un crimen ético”.
Cunningham estima que, “si nos alejamos de ese enfoque singular emotivo”, la politización de una instantánea en la que aparece un niño pequeño con la cabeza ensangrentada y cubierto de polvo “resulta evidente”. Así, el autor se pregunta: “¿Por qué los medios de comunicación occidentales no otorgan la misma importancia a los miles de niños asesinados o mutilados por los militantes contrarios al Gobierno de Bashar al Assad o los aviones de guerra estadounidenses? ¿Por qué esta imagen en particular se ha convertido en ‘icónica’? ¿Qué pasa con los innumerables niños que sufren en Afganistán, Irak, Libia, Mali y otros lugares donde Washington y sus aliados occidentales han librado guerras e invasiones dudosas?”.
En ese contexto, este analista indica que la misma semana que apareció en los medios la imagen del pequeño Omran, los aviones de guerra sauditas, apoyados por EE.UU., bombardearon una escuela de Yemen y mataron a 10 menores, un suceso del que no han aparecido tantas fotos en los medios occidentales.
Por otro lado, el analista recuerda otros “incidentes notorios” que ponen de relieve no solo la “atención selectiva” y la “omisión” de los medios occidentales, sino también la creación de situaciones, como cuando mostraron a una chica demacrada por culpa de “un asedio” de su ciudad por parte de las fuerzas del Gobierno sirio cuando, posteriormente, salió a la luz que la joven era libanesa.
“La manipulación descarada de los medios occidentales sobre el conflicto de Siria”, al igual que sobre otros muchos enfrentamientos, “siempre se correlaciona con el deseo de un cambio de política” y la imagen del niño de Alepo sigue el mismo patrón, advierte Cunningham.
El analista explica que la pugna por Alepo es la “última batalla” para los militantes respaldados por Occidente y su probable derrota “presagia el final de una guerra de seis años, que Washington y sus aliados emprendieron de manera encubierta con el propósito ilegal de lograr un cambio de régimen” en Siria. Según Cunningham, por este motivo Washington quiere “frustrar la ofensiva apoyada por Rusia de manera desesperada”, debido a que está acabando con sus planes.
En este sentido, los llamamientos occidentales al alto el fuego y a establecer zonas de exclusión aérea están respaldados por las imágenes emotivas de niños sufriendo, pero su verdadero objetivo es “dar un respiro a los cómplices de Occidente en Alepo y evitar su derrota final”, opina este experto.
Sin embargo, Cunningham insiste en que resulta aún más importante que Washington quiere combatir en Siria. En esta línea, detalla que Hillary Clinton declaró que intensificará la participación estadounidense en ese país, mientras que sus partidarios en la CIA y el Pentágono también abogan por “matar a los rusos” y suministrar misiles antiaéreos a los yihadistas.
Por lo tanto, concluye que “en este preludio de la guerra” podemos esperar que exploten “muchas más imágenes de niños de manera descarada”, con el objetivo de preparar al público para que acepte “la despreciable agenda de Washington”.