Explosión en mercado de Nigeria causa al menos 32 muertos
El ataque suicida se le atribuye al grupo extremista Boko Haram, y pone fin a la relativa calma de tres semanas que tenía la nación
Un estallido suicida dejó el martes 32 muertos y 80 heridos en una parada de autobuses en el noreste de Nigeria, indicó un funcionario de emergencias. Se presume que el hecho sea responsabilidad del grupo extremista Boko Haram.
El estallido pone fin a una relativa calma de tres semanas en las que no hubo atentados en el país, después de que una serie de ataques suicidas culminara en explosiones en mezquitas de dos ciudades del noreste, en las que murieron 42 personas y más de 100 resultaron heridas el 23 de octubre, según la agencia AP.
Una de las mezquitas atacadas se ubica en Yola, capital del estado de Adamawa, mismo sitio donde los insurgentes atacaron el martes. Fue el tercer ataque suicida con bombas en los últimos tres meses en una ciudad desbordada con alrededor de 2,3 millones de refugiados expulsados de sus hogares por el levantamiento islámico.
Al menos 32 personas fallecieron y unas 80 resultaron heridas y fueron trasladadas a hospitales, dijo a la AP el coordinador de la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias, Sa’ad Bello.
La mayoría de las víctimas eran vendedores y transeúntes, afirmó el superintendente adjunto Othman Abubakar, portavoz de la policía del estado de Adamawa.
El ejército nigeriano reportó el desmantelamiento de varios planes de atentados suicidas recientes, así como la muerte y captura de extremistas durante la destrucción de campamentos de Boko Haram con ataques aéreos y terrestres.
"Los enemigos de la humanidad nunca ganarán. De la mano, vamos a liberar a nuestra tierra del terrorismo", afirmó el presidente de Nigeria, Muhamadu Buhari, en un tuit.
Los analistas dicen que el ejército nigeriano es muy pequeño para mantener el territorio y que a medida que toma una zona, los extremistas se deslizan a otra en los vastos espacios áridos salpicados de bosques en el nororiente.
Unas 20.000 personas han muerto durante los seis años del levantamiento islámico que se ha esparcido a países vecinos.
Fuerzas de Chad y Nigeria expulsaron a Boko Haram de un autoproclamado califato islámico a principios de este año, mientras el ex presidente Goodluck Jonathan encaraba las elecciones. Jonathan perdió, en parte debido a su incapacidad para reducir la insurgencia.
Buhari, un ex dictador militar, fue electo y ha prometido desarticular a la insurgencia para finales de año, pero Boko Haram persiste con ataques mortales en aldeas remotas y atentados suicidas con bombas en las urbanidades que han matado a más de 2.000 personas tan sólo en 2015.