Pepe Mujica: Un símbolo de humildad, lucha y amor por los pueblos

El exguerrillero y expresidente de Uruguay, José «Pepe» Mujica, falleció a los 89 años, según anunció el actual mandatario uruguayo, Yamandú Orsi, a través de un mensaje en la red social X. Orsi expresó su profundo dolor: “Te vamos a extrañar mucho, viejo querido”, destacando la huella imborrable que dejó Mujica en la política y en el corazón del pueblo uruguayo.
Mujica, quien gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, se destacó por su estilo de vida austero y su conexión genuina con la gente. Su trayectoria estuvo marcada por su participación en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros durante la dictadura (1973-1985), lo que le valió años de encarcelamiento. Tras su liberación, ascendió como líder del Frente Amplio, impulsando importantes reformas sociales durante su mandato, como la legalización del matrimonio igualitario y la regulación del aborto.
En abril de 2024, Mujica reveló que padecía un tumor en el esófago y decidió no someterse a más tratamientos debido a su avanzada edad y a una enfermedad inmunológica previa. En enero de 2025, se confirmó que el cáncer se había extendido a su hígado, y su estado de salud se volvió irreversible. Durante sus últimos días, fue acompañado por su esposa, Lucía Topolansky, en su chacra en Rincón del Cerro.
El legado político de Mujica trasciende fronteras; fue un ferviente defensor de la justicia social y la integración latinoamericana. Su filosofía sobre la felicidad y la vida sencilla resonó con millones alrededor del mundo. Su amistad con el expresidente venezolano Hugo Chávez también marcó una etapa importante en su carrera política.
Su fallecimiento representa el cierre de una era en la política uruguaya y deja un vacío significativo en la izquierda latinoamericana. Pepe Mujica será recordado no solo como un líder político, sino como un símbolo de resistencia y compromiso con los valores sociales.