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ESPECIAL | Derrota del paro petrolero fue una victoria de la moral nacional

La derecha venezolana convocó hace 20 años un paro petrolero propiciando el desabastecimiento interno

Con la intención de desestabilizar el país, la derecha venezolana convocó hace 20 años un paro petrolero propiciando el desabastecimiento interno, la caída de la exportación de crudo, así como también la escasez de alimentos y una crisis hospitalaria.

Estas acciones se prolongaron por un lapso de 63 días y su finalidad era provocar un estallido social que obligará al presidente Hugo Chávez abandonar el poder político y de esta forma favorecer los intereses imperiales de Estados Unidos.

La Cámara Venezolana de Trabajadores (CTV), la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), una organización de gerentes de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la Coordinadora Democrática (precursora de la actual Mesa de la Unidad Democrática), fueron los convocantes de la huelga general de aquellos días, que trajo como resultado una grave contracción del Producto Interno Bruto (PIB) y una caída de 27,7 por ciento de la actividad económica comercial, de acuerdo con cifras oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV).

No obstante, la principal víctima de estas acciones de sabotaje interno fue el pueblo, puesto que estuvo sometido a un largo periodo de carencias de combustible, gas y otros productos de primera necesidad.

Al alto en la industria petrolera se sumó el bloqueo de las fuentes de producción de alimentos como: leche, harina de maíz, carne, al igual que insumos básicos como: medicamentos y agua potable.

Durante 63 días Venezuela registró la pérdida de más de 500.000 empleos, el cierre masivo de comercios y pérdidas estimadas por el orden de 5.000 millones de dólares por la paralización del aparato productivo de los sectores no petroleros.

En el ámbito social, el paro del año 2002 elevó la pobreza en 9,6 puntos llegando a ubicarse en 48,6 por ciento. La acción desestabilizadora además produjo que la inflación se disparara de un 12 a un 31 por ciento.

En total se registraron pérdidas por más de 25.000 millones de dólares que se tradujeron en el cierre parcial y definitivo de comercios, obstrucción del aparato productivo y saboteo a las operaciones de PDVSA.

20 años después, Venezuela enfrenta una nueva agresión a su industria petrolera, más de 700 medidas coercitivas unilaterales ha impuesto Estados Unidos al país suramericano para golpear su economía, el fin es el mismo: quebrar el hilo constitucional y propiciar la salida del poder del actual presidente de la República, Nicolás Maduro.

PDVSA ha sido el principal flanco del ataque económico estadounidense, ocasionando la caída de la producción petrolera en un 66.5 por ciento entre 2014 y 2019.

Además la República fue despojada de sus activos en el exterior, entre los que destaca el grupo de refinadoras de petróleo y comercializadora de gasolina, lubricantes y petroquímicos venezolana ubicada en territorio estadounidense, CITGO.

Estas medidas produjeron al país la caída drástica del 99 por ciento de sus ingresos en divisas, la escasez de insumos básicos, alimentos y medicinas. Una vez más, como en 2002, la principal víctima ha sido el pueblo.

Sin embargo, Venezuela sigue de pie, ayer como hoy ha quedado demostrado que la clase trabajadora y el pueblo venezolano, guiados por sus líderes Chávez y Maduro, se crece en las dificultades para derrotar las pretensiones imperiales con firmeza y dignidad.

 

Prensa Presidencial

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