Internacionales
CIA-Mossad definen política migratoria argentina
El realineamiento internacional del país iniciado por el gobierno conducido por Mauricio Macri exige, entre otras cosas, la reforma del Programa Especial de Visado Humanitario para Afectados por el Conflicto de la República Árabe Siria.
El diario La Nación publicó la nota “Fuerte debate interno en el Gobierno por el plan para recibir 3000 sirios en el país”, destacando el desencuentro entre las instituciones encargadas de implementar el programa. En un extremo se encuentra la Jefatura de Gabinete y Ministerio de Relaciones Exteriores, mientras que el Ministro del Interior y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) se encuentran en el otro, y el Ministerio de Defensa en algún lugar intermedio.
“Estamos dispuestos a recibir a unos 3000 refugiados y ser parte de la solución de un problema global”, dijo Marco Peña ante autoridades de EEUU, en sintonía con la propuesta del presidente Macri y la ministra Malcorra. Lo que aquí omiten decir es que esos sirios no están en Siria sino en Europa.
Por su parte, el ministro Frigerio destacó los desafíos prácticos al tiempo que exigió evaluar el impacto de la medida, mientras que la AFI remarcó las dificultades para corroborar la identidad de los migrantes y la posibilidad de que ingresen al país miembros de Estado Islámico (EI), oportunamente recordando los atentados de 1992 y 1994. ¡¿Cómo si la comunidad judía fuera el objetivo de EI?!
Mostrando una posición intermedia, el ministro Martínez propuso mantener algunas características del Programa Especial de Visado Humanitario, particularmente, la asistencia de las organizaciones de la colectividad siria para la selección de los beneficiados por el programa. O sea, recurrir a la sociedad para reducir los riesgos asociados con el ingreso de personas no deseadas.
En resumen, presidencia y cancillería tienen la intención de adoptar un nuevo plan para recibir individuos afectados por el conflicto en Siria que implica el ingreso al país de 3000 sirios residiendo en Europa.
Cambiemos
El realineamiento de la política exterior exige el retorno de Argentina al bloque político, económico y de seguridad dirigido por EEUU. Por tal motivo no debe sorprender que nuestro país reciba la visita de Obama y Hollande, pague a los fondos de inversión y tome deuda externa, y resigne la “inteligencia estratégica” y “defensa nacional”. Dentro del último ítem se encuentra la reforma del Programa Siria.
Con el viejo Programa Siria, los descendientes sirios en el país y organizaciones no gubernamentales participaban como “auspiciante” para evitar el ingreso de personas peligrosas y asegurar la inclusión del “beneficiado”. Esta dinámica exigía de la sociedad un importante compromiso porque el “auspiciante” debía demostrar que podía satisfacer las necesidades básicas del “beneficiado”.
Martín Arias Duval, ex director nacional de Migraciones, en entrevista con este medio justificó esa dinámica apuntando que “nuestra única aprehensión eran las acusaciones de derecha de facilitar el ingreso a terroristas, y las de izquierda de traer mano de obra barata. Por eso la importancia de poder comprometer a la sociedad Argentina en el programa”.
Y agregó, destacando la baja demanda: “Se tramitaron 245 solicitudes, y al final de mi gestión 197 habían sido resueltas de manera satisfactoria, 4 fueron denegadas e ingresaron al país un total de 94 personas”. Los motivos por los que no hubiera mayores solicitantes pueden ser varios y de diferentes naturalezas. Entre los más comunes se encuentran las diferencias culturales, la distancia, y la lengua.
Todo eso no quita la voluntad demostrada por la Dirección Nacional de Migraciones a escuchar las recomendaciones para mejorar la accesibilidad al programa realizadas por la colectividad, especialmente por la Asociación Cultural Siria, que asistió a un número importante de solicitantes. Como resultado de esas gestiones, la segunda versión del Programa Siria incorporó reformas importantes.
A pesar de los esfuerzos por perfeccionar el programa, el número de solicitantes y beneficiados se mantuvo sin grandes cambios. Esta situación sugiere la necesidad de un cambio si queremos aumentar el número de beneficiados. Pero el cambio que propone Presidencia responde a la urgencia de Europa por reducir la presión ante el ingreso en masa de migrantes, y puede también estar teñido por un interés económico si se toma como ejemplo el acuerdo entre la EU y Turquía.
Juegos de espías
Hace casi un año exactamente se aprobaba el Decreto Ley 1311/15 que implicó una profunda modificación del Sistema de Inteligencia Nacional, con miras a mejorar el funcionamiento de esta actividad estratégica y creó la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Pero gran parte del mismo fue derogado por medio del Decreto Ley 656/16, porque la reforma generó superposición de cargos, funciones y responsabilidades, según argumentó Presidencia.
En defensa del Decreto 1311, Marcelo Sain, justificó la reforma diciendo “la SI [ahora AFI] dirige la labor de numerosos magistrados y fiscales federales y ordinarios en todo el país: son los jueces y fiscales de la SI”. Y agregó: “hace mucho tiempo que la SI es la sucursal criolla de la CIA y MOSSAD”.
Sain destaca dos cosas, primero, los agentes de la AFI se abocan a la “inteligencia política”, y segundo, dejan la “inteligencia estratégica” en manos de la CIA. Este escenario se completa con la asignación de funciones de seguridad interna (narcotráfico y el terrorismo, por ejemplo) a las FFAA. De esa manera, la Cuarta Flota puede volver a asumir la defensa externa del hemisferio.
Último pensamientos
Se espera que el número de beneficiados por el Programa Siria aumente, al tiempo que excluirá a residentes en Siria y modificará el rol de las instituciones de la colectividad. En ese sentido será clave la visita gira por Europa de Macri, y su reunión con la Canciller Merkel esta semana.
El encuentro entre los dos mandatarios, se espera, definirá los detalles del nuevo Programa Siria que tomando en cuenta los antecedentes puede ser muy similar al adoptado por Turquía producto del acuerdo alcanzado con la UE. O sea, la Argentina recibiría un beneficio económico por cada inmigrante para asumir las responsabilidades sociales antes asignadas a la colectividad.
El final desplazamiento de la colectividad del Programa Siria se completa con la intervención de la CIA y MOSSAD para la selección de “beneficiados”. Por eso, la Mesa Siria –ante Comisión Nacional para Refugiados (Co.Na.Re.)- se extendió para incluir a los ministerios de Defensa y Seguridad, y la AFI; todas dependencias infiltradas a través de “agentes doble” o propios por la CIA y MOSSAD. De hecho, Sain recordó que a pesar de la reforma no se pudo desarticular la agencia paralela manejada por Stiusso.
Por eso afirmo que está en marcha un importante cambio sobre el Programa Siria. Reforma encuadrada dentro del realineamiento de la política exterior del país, que implica entre otras cosas, el reemplazo de sirios en Siria por otros residiendo en Europa y de la colectividad siria por las agencias CIA y MOSSAD.