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Los Reyes Magos: Esos tres que se colearon en todos los pesebres

Simbólicamente representan la supremacía del cristianismo sobre la ciencia y las “creencias paganas” de Europa, Asia y África

Se supone que fueron ricos y sabios y que anduvieron unos 1500 kilómetros para conocer al Niño Jesús. herodes quiso usarlos como soplones, pero ellos no completaron la misión de espionaje. Simbólicamente representan la supremacía del cristianismo sobre la ciencia y las “creencias paganas” de Europa, Asia y África

No se sabe de dónde eran reyes ni qué tipo de magia hacían. Astrónomos y astrólogos ociosos han tratado, sin suerte, de identificar la tal estrella de Belén. Las sagradas escrituras dicen que hicieron un largo viaje para llevarle al recién nacido Jesús “oro, incienso y mirra”, pero algún intérprete tardío de la historia, con suma irreverencia, se ha atrevido a decir que llegaron del Oriente con sus taparitas llenas de aguardiente. En fin, la historia de los tres Reyes Magos está llena de inexactitudes y vacíos que cada quien llena como mejor le parece.

Los hermeneutas de los evangelios dicen que, según Mateo, los magos (conste que la denominación “reyes” apareció después, no se sabe cómo) eran gente con conocimiento científico y, al mismo tiempo, con facultades esotéricas. Observaron cierto fenómeno astronómico y lo consideraron la revelación divina de que había nacido el nuevo rey de los judíos. En su ruta, estimada en más de 1500 kilómetros, pasaron por Galilea y le rindieron un informe a Herodes, quien, en nombre de Roma, ejercía el poder en esa localidad y en Judea, Samaria e Idumea.

Según esta versión de la historia, exclusiva de Mateo (los otros evangelistas: Juan, Lucas y Marcos, no dicen nada al respecto), Herodes razonó que si el chamo estaba destinado a ser el rey, representaba, claramente, una amenaza para el Imperio Romano. Así que, tras brindarles hospitalidad, pidió a los magos que si, siguiendo las coordenadas de su rudimentario GPS, lograban ubicar el sitio donde había sido parido el peligroso bebé, volvieran con el chisme completo. Para convencerlos de actuar como espías (así hacen siempre los imperios), Herodes los dotó de camellos último modelo.

Los magos llegaron hasta Belén guiados por la estrella (que, de acuerdo a los estudiosos sin oficio, tal vez fuera un cometa, un meteorito, la conjunción de Saturno y Júpiter en Piscis, o quién quita que un ovni) y colmaron al Niño Jesús de obsequios. Pero, he aquí que luego de entrar en contacto con él, fueron incapaces de completar la misión que les había encomendado el mandamás, así que no retornaron con los datos policíacos. Molesto por no saber dónde localizar al rey en potencia, Herodes habría ordenado, entonces, liquidar a todos los niños menores de dos años, episodio particularmente infame (aunque nunca confirmado, se sospecha que fue una matriz de opinión) que se conoce como la Matanza de los Inocentes y que se conmemora los 28 de diciembre.

Sobre la identidad de los Reyes Magos también hay muchas inconsistencias, incluso en cuestiones tan elementales como si eran tres, cuatro o más. En todo caso, los que todo el mundo reconoce son Melchor, Gaspar y Baltasar. Se supone que Melchor era blanco y de la tercera edad; Gaspar era más joven y de barba oscura, probablemente achinado; y Baltasar era afrodescendiente. Vistos así, representan el culto que las etnias europeas, asiáticas y africanas comenzaron a rendirle al Mesías.

El valor simbólico del episodio de los Reyes Magos (llamado en el calendario católico la Epifanía del Señor) tiene otros componentes. Por ser reyes que viajaban ataviados con ropajes y joyas, se entiende que los poderosos del mundo, los poderes fácticos, habrían de rendirse ante el hijo de Dios. Por otro lado, el hecho de que fueran científicos indica que la religión estaría por encima del conocimiento terrenal. Y el que fueran calificados como magos implica que la religión de Jesús estaría destinada a imponerse sobre las otras muchas que florecían en el planeta, y especialmente sobre las creencias consideradas “paganas”.

El acontecimiento de los magos en Belén es uno de los que ha concentrado mayor interés artístico. Grandes pintores, como Rubens, Botticelli, Velázquez y Durero representaron la escena que ya forma parte de la iconografía popular, pues los reyes son esos tres coleados que están en todo pesebre que se respete, junto al Niño, San José, la Virgen, la mula y el buey… y la estrella, claro.

Más allá de que hayan viajado tanta distancia para conocer al Mesías, y de que hayan sido reyes y millonarios, magos y científicos, si estos personajes no existieran, habría que inventarlos porque, si el 6 de enero no fuera el Día de Reyes, ¿cómo sabríamos que, tristemente, se terminó la Navidad?

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Ilustración: Alfredo Rajoy

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