Desiree Santos Amaral: periodista cuatri-ovariada
La nueva ministra del Poder Popular para la Comunicación e Información ha tenido una vida llena de momentos divertidos y, al mismo tiempo, de intensas luchas sociales. Al trabajar en un diario y una emisora muy populares llegó a ser una de las periodistas más apreciadas por la gente del pueblo. Claro que no es monedita de oro, pero ¿acaso hay alguien que lo sea?
Si algún día se decide a escribir sus anécdotas, habrá coro de carcajadas porque Desiree Santos Amaral, la nueva ministra del Poder Popular para la Comunicación e Información, ha tenido una vida muy divertida.
Pasar unas horas de plantón (así le dicen los reporteros a las largas esperas por una noticia) era un fastidio, pero no si a uno le tocaba compartir con Desiree. Y si también estaba presente Mary Wilson —comadre de Desiree— la gozadera estaba garantizada, era como comprar boletos para un stand up comedy. Hasta tenían sus numeritos preparados. Por ejemplo, Desiree le decía a Mary: “Comadre, en la próxima vida vamos a ser putas”; Mary respondía: “¿Otra vez, comai?”; y Desiree replicaba: “¡Sí, comadre, pero esta vez cobrando!”.
Claro que no todo en la vida de la ministra ha sido broma. Ella se fajó, muy en serio, como delegada sindical en Últimas Noticias y fue por varios años secretaria general de la seccional capitalina del Colegio Nacional de Periodistas. En estas lides gremiales era una guerrera, una cuatri-ovariada, para decirlo en lenguaje de género.
Además, el humor fue clave para sobrellevar una responsabilidad profesional muy pesada: ser la periodista más cercana al pueblo de Caracas, pues laboraba simultáneamente en dos medios que acaparaban al público de los barrios: el matutino ya nombrado y Radio Rumbos.
Cuando llegó a “Noti-Rumbos”, este legendario noticiero era territorio casi exclusivo de los hombres. Cuenta uno de ellos, Luis Alfredo Gómez, que incluso hubo resistencia a darle unas vacaciones. Sin embargo, hicieron la prueba y ella la pasó. Al principio se le percibía algo nerviosa, pero rápidamente entró en confianza. La ayudaron los locutores (también meros machos) quienes, cada vez que le daban el pase, la piropeaban por sus ojazos verdes. “Se destacó por sus habilidades y convicciones, fue gremialista, buena compañera y luchadora social”, dice otro de sus excompañeros, Ernesto Vegas.
Una de las características de la radio de entonces eran los sobrenombres. En “Noti-Rumbos” había un Zorro, una Culebra, un Ñemo y dos Perros (uno locutor y otro periodista)… En cuanto al apodo de Desiree, en vista de que ha sido designada ministra, queda amparado por el secreto de Estado.
Aspectos un poco más serios, en cambio, no pueden ser tapados. Por ejemplo: hay que decir que tampoco es monedita de oro dentro de la Revolución (nadie lo es, en verdad). Una antigua compañera de luchas, de los tiempos del Movimiento Prensa Libre (MPL), prefirió morderse la lengua (cosa muy peligrosa para un periodista) antes de hablar mal de ella. “Sin comentarios”, dijo. Otra persona, que prefirió no morderse nada, soltó: “Cuando llegó a la Radio del Sur botó a un gentío. Parece que se olvidó de sus tiempos de sindicalista”.
Por supuesto que los principales detractores no están en el bando revolucionario sino en el opositor, incluso en la vecindad. Días antes del referendo presidencial de agosto de 2004, Santos Amaral tuvo que viajar a Nueva Esparta. Cuando salió con una maleta, unas hiperescuálidas del edificio le gritaron desde los balcones: “¡Qué bueno que te llevas tu maleta, porque para acá no vuelves, perra!”. Días más tarde, se hizo una fiesta para celebrar la victoria del Comandante. Ella salió ataviada con un vestido escarlata y se topó con las vecinas en la planta baja. Haciendo de tripas corazones, una de las señoras quiso hacer las paces: “¡Ay, Desiree, pero qué bella estás!, ¿para dónde vas?”. Desiree, con una amplia sonrisa, respondió: “¡Para Miraflores!”. La vecina tragó grueso y siguió cordializando: “Y hueles divino, ¿qué perfume usas?”. Y ella, sin perder la espléndida sonrisa, contestó: “¡Hugo!”.
POR CLODOVALDO HERNÁNDEZ
/N.A