Maduro, un encuentro con sus raíces en Valle-Coche
Las calles que vieron crecer a Nicolás Maduro, hoy reciben, al niño que vieron crecer en el simbólico sector caraqueño, ahora reciben al hombre, al Presidente, firme y pleno en su territorio.
Al ser recibido con tanto afecto y entusiasmo, el Jefe de Estados se reencontró con grandes amigos y camaradas que lo hicieron forjarse como el gran revolucionario que hoy se mantiene sorteando las amenazas de sectores extremistas.
Reafirmando su compromiso con el legado del Eterno Comandante Chávez, fué acogido por los caraqueños presente con la frase: «¡Ese es mi gallo!» mientras ondeaban las banderas y pancartas alusivas a la campaña electoral.
La espontánea concentración en la calle Libertad del Valle, ahora transformada en un paseo comercial que apoya a los emprendedores, beneficiados por las políticas públicas desarrolladas en estas etapas de la construcción de un nuevo sistema económico diversificado.
En sus palabras se sienten aún intactas las raíces populares del Jefe de Estado: «Yo soy de aquí, no vine de Harvard». Su ADN está impregnado de amor al pueblo y lealtad profunda, algo que los ciudadanos agradecen.
«Somos pueblo combatiente y eso nadie nos lo arrebatará», declara con firmeza. Maduro camina junto al pueblo, conoce sus deseos y trabaja incansablemente para materializarlos. El próximo 28 de julio representa una oportunidad dorada para escribir un nuevo capítulo en la historia victoriosa de la Revolución Bolivariana.
En un desafiante cuestionamiento, como lo ha hecho recientemente en todo el peregrinaje nacional, pregunta: «¿Quieren un gobierno de derecha que elimine el 1×10 del Buen Gobierno, los consejos comunales y los CLAP?» La respuesta es un rotundo «No». La única opción para impulsar los cambios es el candidato de las bases, de los barrios y de las comunas: Nicolás.
La decisión está en manos de los ciudadanos de a pie, y su sabiduría ratificará la intención de seguir construyendo Patria