Presidente Maduro pide honrar sacrificio de jóvenes caídos en Masacre de Cantaura
"El Pueblo tiene memoria! Después de 40 años, la Masacre de Cantaura nos sigue doliendo", afirmó el Jefe de Estado
El presidente de la República, Nicolás Maduro, pide al pueblo venezolano honrar a los jóvenes asesinados durante la cuarta República, al recordar la Masacre de Cantaura.
¡El Pueblo tiene memoria! Después de 40 años, la Masacre de Cantaura nos sigue doliendo. Tenemos el compromiso de mantener viva la llama revolucionaria para honrar el sacrificio de los jóvenes mártires, víctimas de las acciones deleznables de la cuarta República. pic.twitter.com/C7PEHL7PrZ
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) October 4, 2022
La Masacre de Cantaura se perpetró el 4 de octubre de 1982 en la ciudad de Cantaura, estado Anzoátegui, por la anteriormente llamada Fuerza Armada Nacional (FAN) y la antigua (Disip) bajo las órdenes del entonces presidente Luis Herrera Campins, en el que fallecieron 23 jóvenes venezolanos.
En el hecho se utilizaron 17 bombas de 250 libras, las cuales fueron lanzadas al campamento, mientras que 1 mil 500 efectivos del ejército, Guardia Nacional y la Disip cercaban la zona con orden de aniquilar a los miembros del Frente Américo Silva.
La acción inició a las 5:45 de la madrugada de aquel 4 de octubre. Las fuerzas de seguridad del Estado ejecutaron un operativo para localizar a revolucionarios venezolanos y, una vez ubicados, bombardearon el área.
La situación se dio a conocer entre la población, por lo que se organizaron movilizaciones en rechazo a la actuación de la fuerza pública y en solidaridad a los atacados.
Luego de muchos años de investigaciones, en 2017, la Comisión del Estado por la Justicia y la Verdad señaló a los responsables intelectuales y materiales del ataque y rebeló que el objetivo de la llamada Operación fue eliminar a los guerrilleros.
El gobierno de Campins calificó la masacre como un “encuentro armado”, pero, las exhumaciones de los cadáveres demostraron que la mayoría de las víctimas ajusticiadas mostraban signos de tortura y tiros de gracia en el cráneo.