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Antes de probar la pelea, se arma el grito ¡Maisanta! (+Videos)

Dejó a su familia atrás y llevó consigo un escapulario cosido por su propia madre, con una cruz de espadas y el escudo de la Virgen del Socorro, protectora de los guerreros

Yordi Piña

 

Semana Santa y una espada enterrada en el suelo. El ron añejo caía sobre el viejo metal, como refrescando años de guerra, años de lucha, años de añorar libertad y República. El viejo coronel Pedro Pérez Pérez, sentado en un taburete, adoptaba una mirada fina y posaba sus manos sobre la empuñadura, como imaginándose libre en la anchura de la tierra portugueseña. Todo era silencio, nadie hablaba, aunque todos estaban juntos. Pedro Pérez Delgado, veía a su padre en la distancia, contagiándose seguramente de su anhelo, que era el de todo un pueblo.

 

Más tarde, con el padre fallecido, le tocaría vengar una afrenta. Su hermana -Petra Pérez Delgado- habría sido preñada por el rico del pueblo, quien no quiso reconocer el embarazo. Indignado y obligado a mantener el honor de la familia llanera, tomó el viejo fusil de su padre y mató al Coronel Masía.

 

Después de acometido el hecho, se fue. Dejó a su familia atrás y llevó consigo un escapulario cosido por su propia madre, con una cruz de espadas y el escudo de la Virgen del Socorro, protectora de los guerreros. Era un presagio del destino combativo que cultivó hasta el día de su muerte.

El General José Manuel “El Mocho” Hernández organizaba una rebelión y Pedro Pérez Delgado se enfiló en la lucha combativa, convocado por el espíritu nacionalista. Fue la primera vez que participó en una guerra y en adelante sumaría su lucha a otras gestas, a pesar de que esa revolución fracasó.

 

Por ejemplo, en 1907 parte con su protector, el general Juan José Briceño Calabozo, Guárico, para formar parte de una guarnición y aspirar al título de coronel, ganado en las guerras de fin de siglo con los nacionalistas mocheros. En 1908, el general Cipriano Castro se marcha a Europa para practicarse una operación en el riñón que lo tenía ya destrozado. Cuando Juan Vicente Gómez dio el golpe de Estado contra este, Pérez Delgado se rebeló en la conducción numerosas guerrillas que se hicieron invencibles en las sabanas.

“¿Por qué lo llaman Maisanta?

porque… cuando pelea Pedro Pérez Delgado

en el momento de probar la pelea

y antes de que salga de la funda el machete

arma los aires con su grito de guerra

y así en la carga va gritando el guerrillero

“Maisanta, Virgen del Socorro de Valencia”.

Madre santa

-dice la gente-,

Pero Maisanta dice

“Maisanta”

y las maneras de los hombres los hombres deben respetarlas”.

 

Durante casi 10 años el grito de “Maisanta” resonó en los llanos de occidente. Mientras trabajaba en su hato fue detenido, al ser acusado de no informar al gobierno del ataque del general Parra Pacheco, quien con ochenta años se reveló en San Fernando de Apure el 12 de marzo de 1922.

 

Pérez Delgado fue cargado de grillos “sesentones” y condenado a prisión en la fortaleza “El Libertador”, en Puerto Cabello, donde murió rebelde el 7 de noviembre de 1924. Se apagó una vida insurgente contra la recrudecida tiranía de principios de siglo XX.

Escuche el micro especial de nuestra compañera Daniela Sánchez.

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