Visión colonialista y excluyente articula a la derecha en América Latina

Tal comportamiento ha sido analizado por la politóloga Arantxa Tirado, máster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuya experiencia refiere que pese a que los sectores de derecha se muestran diferentes, a la hora de actuar cierran filas con el único objetivo de eliminar a su enemigo

Los factores de derecha en América Latina actúan de manera articulada, movidos por intereses económicos, una visión colonialista y, en buena medida, por directrices del imperio norteamericano. Amparados en esos principios, esos sectores intentan atacar a líderes revolucionarios y progresistas, desestabilizar países y acabar con los cambios sociales que han tenido esas naciones.

Tal comportamiento ha sido analizado por la politóloga Arantxa Tirado, máster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuya experiencia refiere que pese a que los sectores de derecha se muestran diferentes, a la hora de actuar cierran filas con el único objetivo de eliminar a su enemigo.

"Yo creo que las derechas sí están articuladas y mucho más que las izquierdas latinoamericanas. A la derecha le une los intereses económicos y, a la hora de la verdad, como surge en Venezuela, cierran filas y actúan de manera jerarquizada y con directrices muy claras", señaló Tirado en entrevista concedida a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

En el caso de Venezuela, la oposición está organizada y actúa de manera unitaria para deslegitimar la gestión democrática y revolucionaria del presidente de la República, Nicolás Maduro. Para ello, impulsan campañas de rumores, intentos fallidos de golpes de Estado y planes para generar violencia y zozobra en el país, acciones que emprenden bajo la supervisión y financiamiento del gobierno de Estados Unidos (EEUU).

No obstante, la politóloga comentó que la influencia de factores imperiales sobre las derechas de América Latina varían. En el caso de países como México, Colombia, Chile y Perú existe un mayor dominio de la nación norteamericana, situación que se evidencia en la Alianza del Pacífico, nacida en 2011 con el propósito de impulsar la circulación libre de bienes y servicios entre esas naciones.

En dicha instancia, Estados Unidos funge como observador en este bloque regional, una muestra evidente de intento de socavar la corriente bolivariana y progresista que se ha establecido en América Latina, resaltó Tirado.

En el caso de México, especificó que el presidente de esa nación, Enrique Peña Nieto, posee una vinculación íntima con el gobierno estadounidense, lo cual ha generado que el 80% de la economía mexicana esté ligada a la de su vecino. "Cada vez hay más intromisión de funcionarios estadounidenses en la política mexicana", añadió.

Esto, explicó, ha profundizado la pobreza y desigualdad, limitando el desarrollo autónomo que tuvo México por décadas. A la vez, ha aumentado los intereses económicos y deseos de poder, una visión que se repite en la mayoría de los países latinoamericanos, y que se caracteriza por prejuicios económicos y étnicos, diferencias de clases y racismo.

"Las derechas latinoamericanas son todavía como los españoles del siglo XVI, que tienen una visión muy colonialista. Eso no quiere decir que la derecha española no sea o piense así, pero hay ciertas afirmaciones que están mal vistas y aquí (América Latina) dan rienda suelta a todos sus prejuicios, odios de clases, razas, sus prejuicios étnicos y su fascismo", explicó.

¿Cómo opera el imperialismo en Latinoamérica?

En la entrevista, Tirado explicó que el imperialismo vende una "visión de mundo y valores" a ciertas clases medias latinoamericanas que aspiran a un cargo de poder. El propósito es que, al momento en que obtengan puestos claves en instituciones del Estado, hagan políticas a favor de ese modelo norteamericano.

Esta descripción corresponde, por ejemplo, al dirigente de derecha Henrique Capriles, un abogado de la Universidad Católica Andrés Bello con formación y perfil profesional neoliberal. El militante de Primero Justicia y gobernador del estado Miranda estudió en el International Tax Academy (ITA), del Independent International Tax Reserch and Education (IBFD), en Panamá, y en el Centro Interamericano de Administradores Tributarios, con sede en EEUU.

Además, ha viajado en reiteradas oportunidades a Europa y Estados Unidos para reunirse con representantes de la ultraderecha internacional. Al igual que él, otros dirigentes de oposición, ONG y el llamado Movimiento Estudiantil, han sido formados y recibido financiamiento por parte del imperio norteamericano.

Los recursos otorgados a los antichavistas por parte de EEUU superó entre 2002 y 2011 los 100 millones de dólares, fondos destinados a la realización de actos proselitistas de la oposición y permanentes campañas mediáticas en medios nacionales e internacionales contra la Revolución Bolivariana, denunció en 2012 la abogada y escritora estadounidense Eva Golinger.

Al respecto, Tirado instó a "romper ese círculo y tener mucha claridad en nuestras filas de la izquierda en que ese es uno de los principales enemigos para los pueblos de América Latina y el Caribe. No puede haber una izquierda que concilie con el imperialismo porque, como dijo el Che Guevara, al imperialismo no hay que creerle nada", dijo.

La politóloga resaltó que la hegemonía del imperialismo en la región sólo puede ser contrarrestada con la suma de las fuerzas de las izquierdas en América Latina y el Caribe. Ello requiere unidad y la claridad ideológica para saber quién es realmente el enemigo y cómo opera.

"El comandante (Hugo) Chávez tuvo mucha claridad en plantear que esa era una batalla crucial para la supervivencia e incluso del propio proceso revolucionario al interior, (al) proyectar la Revolución, lograr aliados y diversificar las relaciones políticas y económicas para lograr grandes avances", indicó.

Esa óptica, precisamente, se ve reflejada en la creación de organismos de integración como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).