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Víctimas de sacerdotes piden una investigación independiente en Italia

Investigaciones realizadas en Estados Unidos, Europa y Australia han revelado la magnitud del fenómeno

Las asociaciones de víctimas de agresiones sexuales por parte del clero en Italia lanzaron el martes una campaña para pedir una investigación independiente sobre los abusos contra menores, cometidos por religiosos en el país.

Las organizaciones exigieron más voluntad por parte de la iglesia italiana para sacar a la luz décadas de abusos y sufrimientos, pues a su juicio el tema sigue siendo tabú.

En total son nueve las organizaciones que se han unido en la campaña llamada «Más allá del silencio» para pedir una comisión que investigue los casos, tal como ocurrió en Francia y Alemania.

«El gobierno debe actuar, debe aprovechar el impulso creado por las investigaciones imparciales en otros países», comentó a AFP Francesco Zanardi, fundador de una de las principales asociaciones de víctimas, Rete l’Abuso (Red el Abuso).

«Si Italia no lo hace ahora, me temo que nunca lo hará», reconoció Zanardi, quien sufrió abusos por parte de un sacerdote cuando era adolescente.

Investigaciones realizadas en Estados Unidos, Europa y Australia han revelado la magnitud del fenómeno, así como la cultura del encubrimiento que ha reinado por décadas.

Según Rete L’Abuso, más de 300 sacerdotes han sido acusados o condenados por abuso sexual en Italia en los últimos 15 años, sobre el total de 50.000 sacerdotes de toda la península.

Las víctimas exigen sanciones

Han surgido diversas iniciativas y redes de apoyo,  Cristina Balestrini, creó un grupo de atención a familias tras la agresión de un sacerdote a su hijo, lo importante para las víctimas es «asegurarse que esto no se reproduzca nunca más».

Y más teniendo en cuenta que muchas de ellas no sobreviven. «Muchos se suicidan y nadie lo sabe», señaló.

«Soy hijo de una cura pedófilo», dijo Erik Zattoni, de 40 años, «Mi madre fue violada a los 14 años», pero cuando su familia denunció el crimen, fue expulsada de la casa, que pertenecía a la Iglesia, explicó.

Un test de paternidad demostró que el cura, de 54 años en el momento de los hechos, era el padre y reconoció las acusaciones. «Siguió siendo cura durante un año y medio», lamentó Zattoni.

El sacerdote murió. «No se hizo nada. ¿Qué tenemos que hacer para asegurarnos que estos curas, estos criminales, sean condenados y destituidos?», se pregunta.

El semanario italiano «Left» anunció que abrirá a partir del 18 de febrero una base de datos con los nombres de los religiosos condenados e investigados, para lo cual contará con la información de las asociaciones.

«Queremos cubrir un vacío. Es inaceptable tanta falta de atención», expresó Federico Tulli, de la redacción de la revista.

 

AFP

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