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Sudáfrica: en peligro los legendarios caballos de Kaapsehoop

Otro problema es que decenas de sangomas (curanderos étnicos tradicionales) de todas las provincias viajan hasta Kaapsehoop cada año para capturar estos caballos, los cuales según extraños conceptos poseen poderes extraterrenales

No solo los rinocerontes están hoy en peligro en Sudáfrica, también corren riesgo los legendarios caballos salvajes de Kaapsehoop, corceles que son como imanes turísticos en la provincia de Mpumalanga. De acuerdo con una alerta del grupo ecologista Wildlife Conservation Forum (WCF), los alazanes están al borde de la extinción a causa del consumo desmedido de carne silvestre y porque algunos visitantes los alimentan de forma irresponsable.

Otro problema es que decenas de sangomas (curanderos étnicos tradicionales) de todas las provincias viajan hasta Kaapsehoop cada año para capturar estos caballos, los cuales según extraños conceptos poseen poderes extraterrenales.

Expertos y vecinos de la localidad aseguran que los legendarios caballos de Kaapsehoop -cerca de medio millar- vagan por esas planicies desde hace casi un siglo, cuando los tiempos de la fiebre del oro o incluso antes del comienzo de la guerra Anglo-Boer.

La raza de los animales parece ser predominantemente Boerperd y los rebaños van desde pequeñas manadas hasta grupos de 25 animales, que corren en libertad las 17 mil hectáreas alrededor de Kaapsehoop.

El histórico pueblo minero de Kaapsehoop está situado a 25 kilómetros de la ciudad de Nelspruit, en la oriental provincia de Mpumalanga, y ofrece paisajes de excepcional belleza para millares de turistas y viajeros ocasionales cada año.

Esta zona rural fue originalmente conocida como Duiwels Kantoor (que significa literalmente Oficina del Diablo) y quizás su mayor atracción turística es un mito generalizado acerca de que allí ocurren periódicas experiencias paranormales.

El turoperador Kaapsehoop Adventures organiza expediciones mensuales para que cazadores de fantasmas visiten los edificios originales de la década de 1800 y, en especial, una granja gris donde según una leyenda, 666 mineros murieron a causa de malaria o tuberculosis.

/N.A

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