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Sindicatos franceses convocan nueva movilización

Sindicatos franceses convocaron hoy a efectuar el 15 de septiembre una nueva jornada de acción contra un proyecto de reforma laboral del gobierno rechazado por la mayoría de los ciudadanos.

Tras un encuentro realizado este viernes, instaron a realizar ese día iniciativas para obtener la derogación del texto y conquistar nuevas garantías y protecciones colectivas. También recordaron que durante los meses de julio y agosto se realizarán acciones puntuales.

El 5 de julio tuvo lugar la última jornada de movilizaciones del verano en el país, la número 12 desde el inicio de las protestas a principios de marzo.

El polémico proyecto quedó aprobado un día después por decreto en su segunda lectura en la Asamblea Nacional, al no presentarse una moción de censura contra al Ejecutivo.

El primer ministro,  Manuel Valls había anunciado que recurría nuevamente a un atajo constitucional para lograr la aprobación del mencionado plan.

Se trata del artículo 49.3 de la Constitución, el cual da la facultad de aprobar un texto de ley sin necesidad de tener la anuencia de la Asamblea, donde debía ser debatido en segunda lectura.

Ante la dificultad para alcanzar una mayoría de votos en ese recinto legislativo, donde todo apuntaba a que, incluso diputados por el gubernamental Partido Socialista, se opondrían a la iniciativa, Valls decidió acogerse a la mencionada vía.

El recurso a ese instrumento constitucional ha sido decidido porque el Ejecutivo está convencido de que es un texto "de progreso social", que responde a las necesidades del país, y debe adoptarse, expresó Valls ante los diputados.

A su juicio, el documento ha sido enriquecido y servirá para combatir el desempleo masivo existente en Francia desde hace 30 años. Para los detractores del texto, éste favorece al empresariado en detrimento de los derechos de los trabajadores al darle a los primeros mayores poderes en materia de organización del tiempo de trabajo y de despidos.

Las críticas no se hicieron esperar y varias voces denunciaron la intransigencia de Valls, quien, al igual que en mayo último, interrumpió el debate del documento en la cámara baja del Parlamento.

Los diputados ecologistas, los comunistas y los llamados socialistas rebeldes, no consiguieron en las 24 horas reglamentarias, las 58 firmas necesarias para presentar la moción de censura.

Por ello, el proyecto pasará al Senado para una segunda lectura. Si hay discrepancias en esa cámara, retornará nuevamente a la Asamblea para su votación definitiva, prevista para el 20 de julio. En ese caso, no se descarta que el Ejecutivo se valga nuevamente del 49.3.

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