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Puigdemont volverá a pedirle diálogo a Rajoy

Se acerca la fecha de vencimiento del segundo plazo que el gobierno de Mariano Rajoy le dio a Carles Puigdemont para que no insista con la independencia de Cataluña y en Barcelona, el clima se vuelva cada vez más áspero, incierto, preocupante.

Todo indicaría que mañana a las 10, deadline para dar respuesta, el presidente de la Generalitat no confirmará la declaración de independencia que insinuó en el Parlamento el 10 de octubre ni se retractará sino que insistirá en pedirle a Rajoy que se sienten a dialogar.

El gobierno nacional anunció en el Congreso que no aplicaría la suspensión de la autonomía de Cataluña -prevista por el artículo 155 de la Constitución- si Puigdemont se decide a convocar elecciones. Pero el ministro de Relaciones Exteriores catalán, Raül Romeva, descartó esta posibilidad.

“Unas elecciones no forman parte de nuestro programa. Es muy claro”, dijo Romeva desde Bruselas, donde está participando de la reunión del Consejo Europeo al que también asiste el presidente Mariano Rajoy.

Barcelona despertó hoy aun empapada en resaca de la marcha con velas que anoche desbordó el cruce de Diagonal y Passeig de Gracia para pedir la liberación de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, presidentes de las organizaciones independentistas ANC y Omnium Cultural, que fueron encarcelados el lunes por presunta sedición. Unas 200.000 personas con cirios encendidos levantaron la voz: “Jordis, os queremos en casa”, “Libertad para los presos políticos” y “No estáis solos”, gritaban.

Un mar de cera

Nadie notó que la concentración, que duró hasta pasadas las diez de la noche, regó la avenida Diagonal de cera. Esta mañana, desde las 7, 43 equipos con 92 operarios rasqueteaban los restos de cebo sobre el asfalto. Diagonal volverá a abrirse al tránsito esta tarde.

“La concentración fue un éxito de civismo y solidaridad”, aseguraban hoy voceros de Omnium Cultural. La asociación pidió disculpas por los cortes de calle y embotellamientos que provocó la cera de las velas sobre la avenida.

De aplicar el artículo 155 de la Constitución, otra alternativa que baraja el gobierno español es sustituir al vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, quien es además ministro de Economía de la Generalitat. Lo acusan de ser el responsable del éxodo de empresas -ya son más de 700- que están abandonando Cataluña cambiando sus sedes sociales.

“Esa es una decisión de carácter puramente político. El gobierno ha cambiado la ley en 24 horas para dar facilidades a la salida de empresas y compañías -retrucó el ministro de Relaciones Exteriores catalán-. De forma ilegal ya están aplicando este artículo (155). Nos amenazan de hacer algo que ya están haciendo por la puerta de atrás.” Los separatistas más radicales, liderados por la CUP, presionan para negociar la proclamación de la independencia. “Nos jugamos ir a la cárcel”, aseguran en voz baja.

"República ahora"

A mediodía, los jóvenes de Arran, la rama juvenil de la CUP, convocó a la prensa en la Plaza Sant Jaume, donde el Palacio de la Generalitat se mira de frente con el Ayuntamiento de Barcelona, para lanzar su propia campaña “República ahora”.

Más o menos a la misma hora, la presidenta de la CUP en el Parlamento catalán, Mireia Boya, aseguraba: “Estamos viendo cuál es el mejor momento y la forma que utilizaremos en este Parlamento para proclamar la república”.

“No sólo la CUP pide la declaración de independencia. Lo piden también los dos millones de personas que votaron”, dijo Romeva desde Bruselas en referencia a los catalanes que votaron en el referéndum del 1 de octubre, el 90 por ciento de los cuales dijo “sí” a una Cataluña soberana y separada de España.

“El president Puigdemont habló muy claramente el 10 de octubre. Este mismo lunes también insistía en la necesidad de buscar soluciones mediante el diálogo -dijo Romeva-. La reacción del Gobierno del Estado ha sido siempre negar el diálogo, hacer declarar al mayor (de los Mossos d’Esquadra) Josep Lluís Trapero, y encarcelar a Sànchez y Cuixart, dos presos políticos. El Estado se ha encerrado en una trampa legalista y rechaza el diálogo. Es necesario que las aspiraciones legítimas catalanas se traten de forma constructiva.”

Esta mañana, la sede de Ciudadanos en Cornellà, a 17 kilómetros de Barcelona, amaneció escarchada con pintadas y huevazos. La líder de Ciudadanos en el Parlamento catalán, Inés Arrimadas, fue hasta la sede y, mientras repudiaba el gesto ante la prensa, los chicos de la escuela de enfrente salieron al recreo. “¡Puigdemont, a prisión!”, gritaban algunos, como si se tratara de un juego.

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