Portugal atrae con fuerza a jubilados británicos
A propósito de la Semana Santa, este viernes algunos informes señalan sitios muy particulares para personas mayores que seleccionan esos escenarios para pasarla bien
Autoridades de la industria recreativa de Lisboa consideran este viernes que varias localidades de este país constituyen un verdadero paraíso para los jubilados británicos.
A propósito de la Semana Santa, este viernes algunos informes señalan sitios muy particulares para personas mayores que seleccionan esos escenarios para pasarla bien.
Monte da Palhaqueira constituye uno de los lugares incluidos en esa categoría con su iglesia anglicana y jardines, especie de oasis para los súbditos del Reino Unido que viajan al sur de este país.
Para algunos medios de prensa, se trata de El Dorado de los jubilados europeos en sentido general, cuando lo único que les exigen para vivir allí es tener mas de 55 años y buen respaldo económico.
El atractivo está en que la vida en el interior de Portugal tiene mucha similitud con los pueblos rurales británicos, y por demás sus pobladores conocen el inglés, y se ofrecen cursos de portugués para quienes llegan tanto en plan de vacaciones, como de retiro.
Como nota curiosa, a esos espacios llega todos los días el periódico Daily Telegragh, que lo disfrutan muchas personas como George Rush, lector de 78 años de edad, redactor jefe del boletín trimestral del pueblo.
Esta persona, dijo a la prensa, no se imagina sentado en un sillón sin hacer algo, pues se inclina por la actividad.
Pero Monte da Palhaqueira tiene sus dificultades, como es el precio, pues para poder vivir allí en uno de los 33 inmuebles ubicados en 22 hectáreas de tierra es necesario pagar alrededor de 475 mil euros.
Se trata de un lugar como Inglaterra, pero más caliente, donde existen ventajas fiscales aprobadas por Lisboa para atraer a inmigrantes ricos, como es el caso que desde 2013 los jubilados europeos del sector privado que se instalan allí tienen ventajas.
Esos beneficios apuntan a estar eximidos de pagar impuestos durante 10 años de la pensión que reciben de sus países de origen, por tanto belleza, tranquilidad y paisaje bucólico, parecen en estos casos estar quizás un tanto reñidos con la posibilidad real de disfrutarlo.
/N.A
