Policía en EE.UU. mata a otro afroamericano
La víctima, Spencer Lee McCain, recibió múltiples disparos dentro de una casa adonde supuestamente entró con un arma para agredir a la madre de dos niños
Oficiales de la Policía de Baltimore, estado de Maryland (este) de Estados Unidos(EE.UU.) asesinaron a otro afroamericano el jueves en el condado de Owings Mills.
Spencer Lee McCain, de 41 años, perdió la vida tras recibir múltiples disparos por parte de tres agentes policiales que pensaban que la víctima llevaba un arma.
El jefe de la Policía de Baltimore, Jim Johnson, justificó la acción de los oficiales explicando a la prensa que los agentes actuaron dentro de una casa luego de recibir una llamada que alertó la presencia de McCain, el cual tenía prohibido acercarse a la vivienda por orden judicial.
Dentro se encontraban dos niños con su madre, quien dijo a los agentes que McCain amenazó con golpearla, añadió Johnson.
Los agentes entraron a la vivienda en posición de defensa al imaginar que el hombre portaba un arma de fuego y sin preguntar ni dar el alto descargaron su resolver en contra de McCain, señala el portal de Hispantv.
Jonhson no precisó cuántos tiros recibió el afroamericano, no obstante, acotó que hallaron en la escena del crimen unos 19 casquillos de bala. Este se suma a los casos en los que agentes blancos asesinan a tiros a ciudadanos afrodescendientes desarmados.
Baltimore ha sido escenario de protestas en rechazo de la brutalidad policial contra la comunidad negra, tras la muerte del joven Freddie Gray, de 25 años, quien perdió la vida por lesiones en la columna vertebral provocadas durante su arresto por agentes del orden.
Recientemente, el presidente, Barack Obama, admitió que en Estados Unidos no han superado el racismo, tras la matanza ocurrida en una iglesia ubicada en Charleston, Carolina del Sur, donde nueve jóvenes afroamericanos perdieron la vida a manos de Dylann Roof, un chico blanco que apoya a grupos radicales en el país.
Roof fue detenido horas después del crimen en Carolina del Norte y podría recibir pena de muerte por su responsabilidad en la mayor matanza racista en Estados Unidos desde 1921.
