Parlamento chileno aprueba plebiscito para nueva Constitución en medio de crisis social
El parlamento chileno acordó la madrugada de este viernes realizar un plebiscito para iniciar un proceso constituyente que culmine con la redacción de una nueva Constitución que dé al traste con la carta vigente instaurada desde la Dictadura de Augusto Pinochet.
El acuerdo presentado por la oposición –excepto el Partido Comunista, el Partido Progresista, el Partido Humanista y el Partido Regionalista Verde– plantea en su primer punto, suscribir un “acuerdo de restablecimiento de paz y orden público”, refiere el portal web Nodal.
En segundo lugar, impulsar un plebiscito que se realizará en abril de 2020 y en el que la ciudadanía responderá a dos preguntas: ¿quiere usted una nueva Constitución? y ¿qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución?
Los ciudadanos tendrán la posibilidad de elegir entre una Convención Mixta Constitucional –formada en un 50% por ciudadanos y otro 50% por parlamentarios que deberán abandonar su cargo– o una Convención Constitucional. Esto último no es otra cosa que lo que hasta hoy se conocía como Asamblea Constituyente, pero, al parecer, esta denominación incomodaba a los sectores de la derecha, por lo que se optó por bautizarla de otra forma, señala el portal El Desconcierto.
Los partidos políticos chilenos entre los que se encuentras de la derecha gobernante, ex Concertación y Frante Amplio, se reunieron para negociar un mecanismo para una nueva constitución en la nación suramericana, sumida en una profunda crisis social, y escenario de fuertes protestas antigubernamentales que exigen mejoras sociales y la renuncia del actual mandatario, Sebastián Piñera.
Había tres posturas: Convención Constitucional, idea de la coalición Chile Vamos, integrada por partidos de derecha; Congreso Constituyente, mecanismo propuesto por el Gobierno; y una Asamblea Constituyente, apoyada por el Frente Amplio y el Partido Comunista, y respaldada por la oposición y por la gran mayoría de la población.
Esta última contempla, luego de redactada la nueva Carta Magna, la fase final sería llevarla a la aprobación popular mediante un plebiscito ratificatorio.
Finalmente, el Gobierno aceptó iniciar un proceso constituyente a principios de semana, con lo cual el debate avanza hacia el mecanismo para llegar a construir la Constitución de la República. Sin embargo, un punto de desencuentro entre ambas corrientes es el nivel de participación de la ciudadanía en dicho proceso.
De acuerdo a lo pactado en el Senado en abril de 2020 se celebrará un plebiscito para definir si debe ser modificada la Constitución, en caso afirmativo cuál será el mecanismo para hacerlo. Las alternativas son una Asamblea Constituyente con todos sus miembros elegidos para tal fin o un sistema mixto con mitad de electos y mitad de Congresistas.
En cualquiera de ambos casos, la elección sería en octubre del próximo año. Esto conlleva un quórum de dos tercios para todas las medidas que ahí se planteen y además con un plebiscito ratificatorio. De este modo, prevaleció la idea de tener un plebiscito de entrada y uno de salida.
Aunque la Constitución chilena se ha reformado más de 40 veces en los últimos años, ningún Gobierno ha logrado cambiar su esencia neoliberal, debido a las altas cuotas parlamentarias que se requieren. Un ejemplo de ello fue el de la expresidenta Michelle Bachelet, quien protagonizó un fallido proceso constituyente durante su segundo mandato, de 2014 a 2018.