En un comunicado oficial, se denunciaron las constantes amenazas, sabotajes y maniobras desestabilizadoras que impulsa Estados Unidos, bajo la administración del expresidente Donald Trump y sus aliados. El documento subraya que Venezuela, al proponer una «alternativa política, social y económica creíble», desafía la hegemonía de las potencias dominantes, lo que la convierte en un objetivo para el imperialismo estadounidense.
El comunicado resalta que Venezuela ha logrado nacionalizar sus recursos y poner su riqueza petrolera al servicio del pueblo, construyendo así un modelo de justicia social independiente de organismos como el FMI y el Banco Mundial. Además, el texto condena los intentos de destruir el legado del comandante Hugo Chávez a través de bloqueos, campañas de desinformación, intentos de golpe de Estado y amenazas militares.
Además, el texto oficial concluye con una declaración de apoyo, afirmando que «el pueblo venezolano no está solo». Subraya que «África antifascista y antiimperialista los acompaña, defendiendo la soberanía de las naciones, la dignidad de los pueblos y el legado inmortal de Hugo Chávez».
Muestra de solidaridad
Como parte de la campaña internacional «Venezuela no es una amenaza, es una esperanza», jóvenes de Namibia y Zimbabue también se unieron a esta ola de solidaridad. A través de mensajes y videos en redes sociales, reafirmaron su compromiso con la paz y la autodeterminación, haciendo eco de la resistencia venezolana contra las presiones externas. Este respaldo internacional refuerza la narrativa del gobierno venezolano como un bastión de resistencia frente a las políticas intervencionistas, evidenciando el alcance global de estas redes de apoyo.