Nueve gobernadores de EE.UU. exigen levantar bloqueo a Cuba
Los mandatarios locales explicaron que las restricciones financieras impuestas limitan la capacidad de las empresas de Estados Unidos para intervenir competitivamente en el mercado cubano
Nueve gobernadores de Estados Unidos (EE.UU.) enviaron el martes una carta a los líderes del Congreso estadounidense solicitando el levantamiento del bloqueo a Cuba, un paso clave para lograr la normalización de las relaciones bilaterales entre ambos países.
En la misiva, señalaron que una relación comercial sostenible no puede limitarse a un sector o incluir sólo las transacciones en un solo sentido.
“Como gobernadores de los Estados de EEUU, escribimos para compartir nuestro apoyo al fin de las sanciones comerciales actuales impuestas contra Cuba. Es hora de que el Congreso tome medidas y retire las restricciones de viaje, financieras y otras que impiden una relación normal y el comercio entre nuestro país y Cuba”, indica el texto con fecha del 8 de octubre de 2015.
La carta fue firmada por los gobernadores Robert Bentley (Alabama), C. L. Otter (Idaho), Steve Bullock (Montana), Edmund G. Brown (California), Mark Dayton (Minnesota), Thomas Wolf (Pennsylvania), Peter Shumlin (Vermont), Terence R. McAuliffe (Virginia) y Jay Inslee (Washington).
En el texto señalan además que a pesar de que empresas estadounidenses vinculadas al sector de la agricultura y los alimentos legalmente pueden exportar a Cuba bajo las sanciones actuales, “las restricciones financieras impuestas por el embargo limitan la capacidad de las empresas de Estados Unidos para intervenir competitivamente en el mercado cubano”.
“Competidores extranjeros como Canadá, Brasil y la Unión Europea están tomando cada vez más cuotas de mercado (que podrían ser de) las industrias de Estados Unidos, y esto ocurre porque estos países no se enfrentan a las mismas restricciones de financiamiento”, explica la carta.
Para los gobernadores, el hecho de “poner fin al bloqueo (sic) creará puestos de trabajo aquí en el país, especialmente en la América rural, y creará nuevas oportunidades para la agricultura de Estados Unidos. La expansión del comercio con Cuba fortalecerá aún más el sector agrícola de nuestro país mediante la apertura de un mercado de 11 millones de personas a sólo 90 millas de nuestras costas, y podría seguir manteniendo el enorme impulso de las exportaciones agrícolas de EEUU, que alcanzaron un récord de 152 mil millones de dólares en 2014″.
Aseguran que “el comercio bilateral y los viajes de los ciudadanos de ambas naciones podrían generar una relación más armoniosa entre los EE.UU. y Cuba, mientras que proporcionaría nuevas oportunidades para los intereses de Estados Unidos, que podría beneficiarse económicamente de la mejora de las relaciones”.
“Este cambio positivo en las relaciones entre nuestras naciones marcará el comienzo de una nueva era de cooperación que trasciende la esfera de los negocios. Las relaciones diplomáticas ampliadas, las asociaciones empresariales, el comercio y el diálogo nos pondrán en una mejor posición para impulsar los ideales democráticos en Cuba. Este objetivo no se ha logrado con una estrategia obsoleta de aislamiento y sanciones”, concluye la carta.
Desde hace 55 años el Gobierno de Estados Unidos implantó un bloqueo financiero, económico y comercial a Cuba con el fin de someter intencionalmente al pueblo a condiciones de existencia que le pueden acarrear daños físicos, totales o parciales, para debilitar su decisión de luchar y vencer y llevarlo a claudicar de su decisión de ser soberano e independiente.
En febrero, los senadores republicanos Jeff Flake, Jerry Moran, Michael Enzi y John Boozman, así como por los demócratas Patrick Leahy, Richard Durbin, Tom Udall y Sheldon Whitehous, presentaron un proyecto de ley al Congreso de Estados Unidos que busca eliminar las barreras legales que impiden a los estadounidenses hacer negocios con Cuba.
A inicios del mes de julio, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó al Congreso norteamericano a levantar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba desde hace más de 50 años, pues reconoció que esa política resultó fallida.