Mujeres trabajadoras pueden elevar el PIB mundial
De acuerdo con la jefa del servicio de género, igualdad y diversidad de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Shauna Olney, las personas deberían escuchar estas cifras extraordinaria, aun aquellas en las que el dinero tiene la última palabra y define su paso por el mundo
Si las mujeres participasen en la economía de la misma manera que los hombres, el PIB anual mundial aumentaría de 28 billones (millones de millones) de dólares, o 26 por ciento, en 2025. Así ve el futuro la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo con la jefa del servicio de género, igualdad y diversidad de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Shauna Olney, las personas deberían escuchar estas cifras extraordinaria, aun aquellas en las que el dinero tiene la última palabra y define su paso por el mundo.
En su opinión, a pesar de los progresos en ámbitos como la educación y la mortalidad materna, el mundo no ha logrado equiparar los empleos, los salarios y las condiciones de trabajo de las mujeres con los de los hombres.
A nivel mundial, la tasa de participación de las féminas en la fuerza de trabajo es de 50 por ciento, frente a 77 por ciento para los hombres, por lo que no es suficiente que un número mayor de ellas entren en el mercado laboral si no se alcanza la primordial calidad de los empleos.
En general, las mujeres ganan como promedio 77 por ciento de lo que ganan los hombres, por lo que la OIT señala que al ritmo actual, sin una acción dirigida, la igualdad salarial entre ambos sexos no será alcanzada antes de 2086, es decir, dentro de al menos 71 años.
Además, sostiene que al parecer la diferencia de remuneración no ajustada relacionada con la maternidad tiende a ser mayor en los países en desarrollo que en los países desarrollados.
Con esos antecedentes Olney destacó 193 países incluyeron la igualdad de género como elemento central en la recién adoptada Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Sobre el tema significó que los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) comprenden metas sensibles al género y, en particular, el Objetivo 5 plantea "lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas", lo cual sigue siendo una prioridad independiente.
La funcionaria recordó que si bien el 51 por ciento de los Estados miembros de la OIT otorgan al menos 14 semanas de licencia por maternidad, millones de mujeres aún no se benefician del derecho fundamental de una protección adecuada de la gestación.
Al respecto, advirtió que son necesarias políticas ambiciosas que logren transformar las normas y las relaciones de género en la sociedad y en el trabajo y, que por lo tanto, valoren las desigualdades estructurales.
Los convenios en materia de igualdad de la OIT, que abordan la discriminación, la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor, la protección de la maternidad y las medidas de conciliación trabajo-familia, incluyendo el acceso al permiso parental así como a servicios sociales de cuidado de calidad y asequibles para los familiares dependientes, proporcionan la hoja de ruta para la acción, subrayó la especialista.
VERDADES A TENER EN CUENTA
No son pocas las féminas expuestas a la violencia en el trabajo, mal social que incide en su capacidad de acceder a un empleo y de mantenerlo, lo cual afecta su productividad.
A ello se suman que están subrepresentadas en las posiciones de toma de decisiones y, si bien dirigen más del 30 por ciento de todas las empresas a nivel mundial, tienden a estar concentradas en micro y pequeñas empresas, y ocupan sólo 19 por ciento de los puestos de los consejos directivos de las grandes compañías.
En todo el planeta, de acuerdo con las estadísticas de la OIT sólo el cinco por ciento de los directores ejecutivos de las principales empresas del mundo pertenecen al sexo femenino, realidad que indica lo mucho por hacer en materia de igualdad de género.
De ahí que muchas organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil rechazan justificar tales discriminaciones y otras violaciones de los derechos femeninos con las tradiciones culturales y las condiciones económicas.
Varios son los países que aprovechan el potencial social y económico que representa para la sociedad la igualdad de género y han adoptado, por ejemplo, medidas para hacerlas valer durante y posterior al embarazo de una trabajadora.
En Chile, después de una campaña para promover la presencia de los padres en el nacimiento de un hijo, la proporción de mujeres que notificó la presencia de un compañero de parto, casi siempre el padre, aumentó de 20,5 por ciento en 2001 a 71 por ciento en 2008.
Francia tiene aprobado que la pareja de una mujer embarazada disfruta de un permiso para ausentarse del trabajo para asistir a tres exámenes médicos.
Paraguay extendió el permiso de paternidad de tres a 15 días, mientras en Etiopía, el programa red de seguridad productiva comprende la concesión de tiempo libre durante el embarazo y la lactancia, guarderías en el lugar de trabajo y horarios flexibles de trabajo de manera que los padres puedan conciliar el trabajo remunerado y el cuidado de los hijos.
Cuba, en aras de cumplimentar con la responsabilidad compartida, una vez concluida la licencia posnatal y la etapa de lactancia materna, la madre y el padre pueden decidir cuál de ellos cuidará al hijo o hija, la forma en que se distribuirán dicho encargo social hasta el primer año de vida, y quién devengará la prestación establecida.
En la aplicación de todas estas políticas y derechos conquistados la OIT tiene una decisiva participación e influencia, en tanto promueve empleos decentes para las mujeres de las presentes y venideras generaciones.
Como ente decisivo en la materialización de los ODS hasta el 2030, el director general de la OIT, Guy Ryder, ha comentado que para la entidad que dirige es una cuestión de derechos, de lo que es justo para ellas y necesario para el desarrollo sostenible, por lo que afirmó "llegó el momento de pasar a la acción e invertir en las mujeres".
/N.A